Las explicaciones conspiranoicas obtienen credibilidad por falsos testimonios, ilustrados con la falta de ética en las grandes agencias de noticias. ¿Cómo se puede confiar en la información de Radio Televisión Española, cuando el corresponsal Óscar Mijallo, anunció la toma de Kiev por el ejército ruso en marzo de este año? De inmediato, fue cambiado por Almudena Ariza, la corresponsal de RTVE en EUA, para retroceder en los anteriores informes y ganar objetividad. Pero la desconfianza está sembrada. O, la Deutsche Welle, en la misma guerra, ofrece igual tiempo al desmentido de las declaraciones contrarias a la versión ucraniana. Muchos consideran virtud, no tomar partido, para demostrar la objetividad de la información servida; pero ante cadáveres de civiles y daños a propiedades particulares, en especial edificios de apartamentos vivienda, no cabe la impugnación amplificada del dicho del agresor.

En otros casos, se acuña una expresión para mantener junto al rebaño. Así, la frase que sigue: sin ofrecer pruebas del fraude; se repitió hasta el cansancio, en cada nota sobre la elección presidencial de EUA, donde se pasaba por alto eventos sumamente inquietantes en el conteo de votos. En nuestro caso, jamás se prestó atención a la suspensión informativa de la elección nacional por todo un día. Por lo tanto, la desconfianza genera la creencia en la existencia de una mano negra interesada en malograr a la democracia.

Cuando se achica el abanico de posiciones políticas, el debate se convierte en postulaciones personalistas cuyo contenido se agota en la exposición de ambiciones personalistas cuyo horizonte es una descarada ambición de ocupar puestos para expandir negocios ilícitos. Al esconder el ostracismo a ciertos líderes, se empobrece el debate nacional. La llamada propaganda electoral anticipada, es una nueva afrenta contra la libertad de prensa. Por lo tanto, se abre lugar para los mal pensados, en sus sospechas sobre la existencia de un pequeño grupo en la sombra, puesto de acuerdo con los sectores dominantes tradicionalistas, para impedir la expresión de una alternativa.

Los analistas más perspicaces indican la manipulación de las verdaderas posiciones políticas para cancelar posiciones ideológicas. Así, se adjudica posiciones similares al socialismo europeo a personajes derechistas extraviados, interesados en la promoción de gastos clientelares para embolsarse parte de los mismos. Igual, algunos personajes con exiguo conocimiento sobre el funcionamiento del Estado moderno, se les califica de revolucionarios, solo porque patrocinan el corte de carreteras. Se trata de confundir a la ciudadanía para desacreditar una oposición seria al entreguismo al capital monopólico.

Una vez constatada la maniobra, es muy fácil elucubrar sobre la existencia de un estado mayor de la confusión. Pequeño círculo dotado de fuerte financiamiento y con poderosas conexiones con algunos medios de comunicación, encargados de elaborar el relato y, por aparte, contratar provocadores arropados por la propaganda dirigida a sostener equívocos.

Al acercarse el evento electoral, no se acaba de cerrar el número de partidos políticos, se puede contar al 13 de septiembre a 28 agrupaciones, entre los aspirantes hay varios animales, pero la mayoría carece totalmente de ideario político. Muchos piensan, la presencia de una planificación para desmovilizar, dirigida por oscuros acuerdos entre los poderosos del país. Sin embargo, al fijarse en el discurso de los dirigentes, todo resulta más obvio: es la coincidencia resultante por la decadencia de la ciudadanía.