SI ME PERMITE

Las necesidades deben inspirar y no frustrar

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“Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad”. Proverbio chino

Cuando tenemos alguna oportunidad de socializar con los nuestros o bien visitar a alguno de nuestros conocidos descubrimos que muy fácilmente la conversación empieza a girar ante las necesidades que cada uno de ellos están enfrentando. Por momentos pareciera que los que nos antecedieron tenían menos necesidades porque no lo comentaron, no lo dejaron saber y nosotros lo llegamos a ignorar.

' Todas las cosas se llegan a inventar porque alguien no quiso seguir soportando una limitación.

Samuel Berberián

Para nosotros, después del saludo, que por respeto y amabilidad hemos sido enseñados a presentar, la pregunta que sigue es el de cómo están y cómo la están pasando, y la primera respuesta es con el adjetivo de que están bien y, claro, seguido a ello se presentan o enumeran las necesidades que están enfrentando. A esta realidad de la rutina diaria se puede decir que los que se destacan son los que por su propia iniciativa han desarrollado una vida mucho más creativa y por ello llegan a inspirarnos para salir de nuestra frustración.

Es evidente, por el intelecto humano que cada uno poseemos, que cuando estamos con una simple necesidad empezamos a buscar alternativas, sea esto cuando tenemos hambre y queremos comer o bien cuando tenemos que asistir a un evento y nos atrasamos. La realidad es que siempre tenemos una alternativa, porque si así no fuera viviríamos frustrados y desesperados. Pero el solo hecho de preguntarnos ¿Qué hago? es inicio de que habrá alguna inspiración que nos llevará a alguna solución y la frustración será sepultada.

Los hombres y mujeres que la historia tiene como grandes héroes tienen ese simple calificativo porque en un momento dado tuvieron una necesidad y en lugar de frustrarse y tener toda una serie de quejas iniciaron pensando cómo se puede hacer y qué cosa se puede hacer para cambiar esta necesidad en alternativas. En esta serie puede considerarse a quien inventó la electricidad o bien el automóvil y otras tantas cosas que se pueden enumerar, sin dejar de lado todos los que han creado medicinas que alivian a diario a todos los mortales de nuestros padecimientos.

Es curioso que en este mundo aquellos que tienen todo y nada les falta, y con una facilidad pueden conseguir todo, pierden el elemental proceso del aprendizaje, que muchas veces el que menos tiene y está más limitado puede asistir y orientar porque su necesidad le creó la magnífica oportunidad de aprender.

Debemos entender las emergencias que vivimos porque estas nos llevan a buscar cómo salir del paso para poder seguir adelante. Pero cuando se reflexiona que esto no es una excepción y es algo que tenemos que enfrentar, nos lleva a buscar solución y no quedarnos con toda la frustración con los brazos cruzados y molestos.

Una realidad que a diario vivimos nos ilustra el aprendizaje que acumulamos. Cuando vamos a algún lugar y en el camino nos perdemos, una vez que llegamos a nuestro destino somos expertos de todas las alternativas que hay para llegar a ese lugar, simplemente porque la vivencia nos llevó primero a observar dónde estuvimos y saber regresar para corregir nuestro rumbo hasta poder llegar al lugar donde habíamos planificado ir.

La vida es una escuela donde aprendemos y la necesidad llega a ser el mejor maestro que nos ayudará, por ello debemos, como individuos, saber manejar estas dos realidades.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.