CON OTRA MIRADA

Los retos del nuevo ministro de Cultura

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Como relaté en artículos anteriores, durante los años 1982-85 funcionarios y empleados del sector cultura, junto a intelectuales de la Universidad de San Carlos y otras instancias, convocados por el jefe de Estado, aportamos conocimiento, información y experiencia que produjo la Sección Cultura de la Constitución del 85, que permitió crear el Ministerio de Cultura, en enero del 86. Nació como Ministerio de Cultura y Deportes (Micude). ¿Por qué y quién agregó lo de Deportes? es algo que, hasta donde sé, nadie sabe, pero la experiencia denota que fue una mala idea.

' La tarea es enorme, los recursos escasos y el interés político en la cultura, nulo.

José María Magaña Juárez

De acuerdo a la ley, el Deporte Federado recibe el 3% del presupuesto general; de ese porcentaje, el 25% va al deporte y la recreación a cargo del Micude, lo que representa unos Q700 millones. En tanto, el presupuesto para el 2021 del Ministerio propuesto por Finanzas es de Q552 millones, desproporción que no tiene sentido ni justificación. Hasta ahora, el Ministerio no cumplió su función.

La semana pasada fue nombrado como ministro Felipe Aguilar Marroquín, quien recibe una entidad con baja ejecución presupuestaria, sea por carencia de planes de trabajo o por no alcanzar a cumplirlos por falta de dinero o capacidad para gastarlo. El presupuesto es desbalanceado, entre el rubro de funcionamiento y el de inversión, lo que genera una institución disfuncional, de cara a las expectativas de su creación.

A pesar de esas falencias, la cartera tiene sentadas las bases de lo que debe hacer (ver artículos 57 al 65 de la Constitución), lo mismo que definidas las políticas culturales en consonancia con los convenios y convenciones internacionales ratificadas por Guatemala, incluyendo Unesco, con los sitios inscritos en la lista del patrimonio mundial: La Antigua Guatemala, Parque Nacional Tikal y Parque Arqueológico Quiriguá.

Los retos del nuevo ministro son grandes, como apoyar la diplomacia, los emprendimientos y el turismo cultural, para hacer de la cultura un motor de desarrollo integral. A nivel mundial, el patrimonio cultural es considerado, además de la valiosa fuente de identidad que ha sido, como un recurso político para generar riqueza a través de la gestión y promoción de la diversidad cultural de los pueblos mediante su conservación; es decir, cual fuente de desarrollo.

La tarea es enorme, los recursos escasos y el interés político en la cultura, nulo. Sin embargo, con voluntad, el ministro podrá hacer mucho, pues a nivel administrativo, técnico, profesional y científico las instituciones culturales están capacitadas para hacer su trabajo. Está a tiempo de replantear el presupuesto 2021, pues está claro que quienes lo hicieron desde el Ministerio de Finanzas desconocen de qué se trata la cultura, su importancia y posibilidades de ser un potencial económico para el país.

Guatemala tiene una clara vocación, como se la definió para La Antigua Guatemala durante un cónclave internacional; no porque quienes participaron fueran eminencias, sino porque supieron reconocer sus valores, plasmándolos en tres características: ser habitacional, cultural y turística, solo que a mayor escala, con la prerrogativa de 24 grupos culturales multilingües y su rica herencia precolombina, que sumada a una excepcional geografía, lo hace uno de los países más ricos y diversos en cultura y naturaleza. Todo está en hacer que el Instituto de Turismo actúe en concordancia con el país y su riqueza cultural.

Otra acción que se agradecerá es eliminar de su administración el Viceministerio del Deporte y la Recreación, para así poder dedicar sus esfuerzos a fortalecer su primigenia razón de ser: LA CULTURA, así, con mayúsculas.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.