PLUMA INVITADA
Los verdaderos líderes
Los líderes son personas que destacan, que se reconocen porque son el motor del grupo u organización. A menudo son los que tienen las ideas innovadoras, pero sobre todo, aquellos que logran inspirar en los demás la visión. Ese líder puede, o no, tener una posición de máximo nivel en la organización.
' Colocar a una persona en la jerarquía más alta es una decisión que implica múltiples consideraciones.
Eduardo Girón
Los líderes auténticos se distinguen por su habilidad para inspirar a otros, no a través de su rango jerárquico, sino mediante una conducta ejemplar y una influencia positiva. El verdadero liderazgo se mide por acciones.
Estamos acostumbrados a trabajar en mesas rectanculares, pero… ¿qué pasaría si cambiamos la mesa rectangular por una redonda? ¡Allí es cuando se evidencia el verdadero líder!
¿Cómo se puede identificar a los verdaderos líderes? 1. Sobresalen del grupo, están dispuestos a asumir responsabilidades y orientar a los demás para lograr el objetivo; 2. Son visualizados como mentores, cuyo respeto y autoridad se ganan con acciones y no con demandas forzadas o recurriendo a la jerarquía; 3. Ven los problemas y retos como oportunidades y están dispuestos a trabajar para encontrar las soluciones; 4. Son estratégicos, innovadores, visionarios y positivos, con la capacidad de contagiar al equipo con la visión; 5. Son resilientes, dispuestos a aprender, a adaptarse a la adversidad y realizar cambios constructivos hacia la creación de valor; 6. Conocen sus limitaciones y la importancia de colaborar con otros, reconociendo y valorando las fortalezas de cada miembro del equipo.
Además de estas cualidades, un liderazgo efectivo implica establecer métricas claras y efectivas que permitan rastrear el progreso y orientar a la organización hacia el éxito a largo plazo. Estas métricas deben reflejar no solamente el rendimiento financiero, sino también el desarrollo humano, la innovación y la sostenibilidad, forjando así un camino claro hacia la creación de valor duradero.
Los comportamientos disruptivos como los gritos, berrinches, la invocación constante de la jerarquía y los complejos de superioridad socavan la autoridad moral del liderazgo y dañan la cultura organizativa. Un liderazgo que se basa en la empatía, la escucha activa y la motivación fomenta un entorno de trabajo respetuoso y productivo.
Es crucial que las organizaciones otorguen las posiciones de liderazgo a quienes demuestren estas competencias y sean capaces de implementar estrategias que beneficien tanto a la estructura interna como al negocio en su conjunto. Además, sabrán compartir su visión con la organización para que se mueva en ese rumbo. También, contarán con el soporte y apoyo de los equipos para lograr los resultados. Colocar a los líderes correctos en las posiciones correctas es un ganar-ganar para todos.
El experto en administración Ken Blanchard recalca en sus exposiciones que la clave para un liderazgo exitoso es la influencia, no la autoridad. Colocar a una persona en la jerarquía más alta es una decisión que implica múltiples consideraciones. Se debe colocar a la persona idónea en el rol idóneo. Todos tienen espacios en las organizaciones, porque cada uno aporta valor desde su rol, pero los tomadores de decisión deben colocar en las posiciones de alto mando a aquellos líderes verdaderos que realmente moverán la aguja.
Harry S. Truman decía: “En los períodos donde no hay un liderazgo, la sociedad se queda quieta. El progreso ocurre cuando líderes valientes y habilidosos toman la oportunidad para cambiar las cosas para bien”. Si queremos cambiar positivamente a nuestras organizaciones, nuestra sociedad y a nuestro país, debemos tener a los mejores líderes en los espacios más importantes.