CRITERIO URBANO

Mejoras estructurales para la competitividad

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Uno de los grandes debates en círculos académicos y empresariales es cómo podría Guatemala mejorar su competitividad y ser un referente en Centroamérica en los próximos 10 años. Esto implica mejorar en cinco aspectos clave respecto de la salud, educación, seguridad, certeza jurídica e infraestructura.

Hoy voy a profundizar en algunos de los temas que afectan la salud de los guatemaltecos y que incide negativamente en nuestra competitividad como país. Lo primero que debemos comprender más a detalle es que, según el Foro Económico Mundial, el indicador de salud es uno de los que más peso relativo tiene en la evaluación de competitividad global. Para medir la salud, se toma el número de años de esperanza de vida saludable de una persona. Para el caso de Guatemala, según la fuente utilizada del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (Ihme, en inglés), es de 63.7 años.

¿Cómo se compara esto con otros países de Centroamérica? En Costa Rica, la esperanza de vida saludable es de 69.8 años; en Panamá son 69.4 años; Nicaragua, 68.8 años; El Salvador, 65 años; y Honduras, 64.9 años. Esto nos indica que si queremos ser un referente para la región en competitividad, tenemos que ser conscientes de que lo primero es aumentar la esperanza de vida saludable en el país y que esto implica profundizar en las causas por las que mueren las personas y debatir sobre posibles soluciones, así como tener una mayor claridad de cuánto se invierte en salud.

' ¿Podría Guatemala apostarle a ser un referente en Centroamérica en 10 años?

Juan Carlos Zapata

Cuando vemos los indicadores del país sobre cuáles son las causas de muerte en Guatemala, vemos que las cinco principales razones son: infecciones del tracto respiratorio inferior (que aumentó 1.7% en 10 años), la cardiopatía isquémica (aumentó 55% en los últimos 10 años), diabetes (con un aumento de 51.2%), violencia interpersonal (se redujo 22.9% en 10 años) y las enfermedades renales crónicas (que aumentaron 64.5%).

Un país con una población tan rural como Guatemala, donde la leña es una de las principales fuentes de energía —según el Ministerio de Energía y Minas, del total de la energía final consumida en el 2017, la fuente energética de mayor consumo fue la leña, con un 55.96%—, no es de extrañarse que tantos hogares guatemaltecos hoy estén sufriendo infecciones del tracto respiratorio, por el consumo de leña en fuegos abiertos para cocinar. Uno de los mecanismos más eficientes para reducirlo es precisamente apoyar los programas de promoción de estufas ahorradoras de leña en el país.

Ahora bien, lo que nos debe preocupar es que la cardiopatía isquémica ha aumentado 55.4% en los últimos 10 años como la segunda principal causa de muertes en el país. Esto directamente está relacionado con mejorar nuestros estilos de vida hacia una vida más saludable, así como el acceso a fuentes alimenticias y medicamentos durante la vida de una persona. Muchas enfermedades podrían evitarse si se tuviera mayor inversión en el sistema de salud y un control más eficiente de los inventarios, así como mecanismos para planificar las compras y procesos administrativos, dentro del sistema de salud, y una mejor gestión de todo el proceso.

Este debate de cómo aumentar la inversión y mejorar los sistemas de gestión pública en salud es en lo que debemos enfocarnos. Necesitamos escuchar a expertos que han estado dentro del sistema de salud pública, así como a diputados de la comisión de Salud del Congreso, expertos del Seguro Social, instituciones del sector privado y sociedad civil que se han involucrado en salud e instituciones de cooperación internacional, para entender mejor cómo lograrlo.

ESCRITO POR:

Juan Carlos Zapata

Director ejecutivo de Fundesa. Maestría en Gestión Pública y Liderazgo. Licenciatura en Administración de Empresas con especialización en Finanzas. Representante de diferentes mesas de trabajo del sector empresarial.