SI ME PERMITE

Mis acciones de ayer son cartas de presentación

|

“La recompensa de una buena acción es haberla hecho”. Lucio A. Séneca

Es muy común que uno viva su vida sin tener que pensar mucho y simplemente dejarse llevar por impulsos o bien por intereses del momento, y como si fuera una cadena la vida, cada eslabón va ocupando su lugar, pero no es fácil de entender el hecho de que si uno de esos eslabones no está bien y pasa algo, toda la cadena se desconecta y se pierde la continuidad.

Esta ilustración nos puede ayudar a entender cómo esta vida que cada uno de nosotros está viviendo está estructurada en un encadenamiento inevitable de ignorar. Por lo mismo, cuando alguien cree que uno puede aplicar la idea de un borrón y cuenta nueva, no es tan sencillo de aceptar y mucho menos imponerlo en otros. No hay regresos que nos permitan ocultar el pasado. Claro está que siempre se puede hacer un alto en el camino y reorientar nuestro destino cambiando el caminar.

Cuando hay que enfrentar alternativas, lo primero que se reconoce que hay es un proceso de toma de decisiones y estas deben ser evaluadas y sopesadas, no hablándolo, sino primero pensándolo y luego, posiblemente, pidiendo el consejo, no de aquellos que no siempre aprueban nuestro modo de ser, sino de aquellos que buscan nuestra superación y nuestro progreso. Sin lugar a dudas, en algún momento sus consejos no nos gustarán porque nos desaniman o bien nos invitan a reevaluar lo que queremos hacer, pero pasado el tiempo podremos reconocer que tenían razón y agradecerles su ayuda.
Si uno puede tomar el tiempo necesario para una retrospección, fácilmente llegará a la conclusión de que no siempre se puede complacer a los que nos están pidiendo algo y no cuesta entender la realidad en la que por beneficiarnos de algo lo que hemos hecho es dañar la carrera que habíamos recorrido, y nos afecta en las nuevas oportunidades que la vida nos está ofreciendo.

La definición de la privacidad en esta vida no implica que es un aislamiento, sino lo privado está relacionado con asuntos de responsabilidad y limitaciones. Pero si esto lo llevamos a un aislamiento del medio en el cual no ha tocado vivir, llega el momento en que extendemos la mano para que alguien nos ayude y nos encontramos con que nadie está allí, no porque se han ido, sino porque nosotros somos los que nos hemos alejado de ellos, sin pensar en el momento que se les puede necesitar. Por lo mismo, las relaciones que cultivamos no son por el presente, sino mirando al futuro que tenemos por delante.

' Cada acción responsable de hoy es un peldaño para que pueda avanzar mejorando mi presentación.

Samuel Berberián

Si es verdad que nuestro ayer de alguna manera nos condiciona, cada uno de nosotros, entendiendo que tenemos debilidades y fortalezas, debemos usarlas muy cuidadosamente para poder tener un rumbo más cordial y amigable con los que nos conocen, para que si en un dado caso se piden referencias o piensan incluirnos en alguna cosa, no sean tropiezos, sino por el contrario, puentes que nos pueden favorecer.

Lo que nos puede ayudar es que con el tiempo la edad y las fuerzas que tenemos no son las mismas, y no podemos hacer algunas cosas que habitualmente hacíamos, pero sí podemos planificarlo de tal manera que no se desatienda lo que se debe hacer, pero reconociendo que tenemos limitaciones.

Quien sabe funcionar cada día que tiene por delante y poder concluir ese día con la misión cumplida verdaderamente es una persona lograda y provechosa también.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.