RINCÓN DE PETUL
National Geographic toca nuestras ciudades espejo
Con particular emoción, en noviembre recibí la noticia de que la insigne revista (en su versión electrónica) publicó el artículo cuyo título se traduce a “Un pueblo guatemalteco se rehace a sí mismo en Indiana”. El texto, escrito por la autora Emily Kaplan, aborda el caso de Seymour, Indiana, que desde hace pocos años aloja a una extensa población de migrantes provenientes de San Sebastián Coatán, Huehuetenango. El caso abordado en el artículo es puntual y se limita a esta conexión específica. Pero su potencial es inmenso, y puede abrir puertas hacia el interés sobre algo que es mayor: el fascinante universo de las nuevas ciudades espejo; estas que las poblaciones —particularmente mayas— guatemaltecas están formando a lo largo de todo aquel país y que producen dos efectos notables: la transformación de pueblos que fueron históricamente “anglos” y el nuevo asentamiento de los pueblos mayas, que —excluidos de su natal país— migran aceleradamente, creando dinámicas que ya son geográficamente visibles.
El artículo es descriptivo, y detalla lo que sucede en Seymour, Indiana. Su población está oficializada en alrededor de 20 mil habitantes. Pero ahora, en las últimas dos décadas, un río de nuevos vecinos ha ingresado desde aldeas de San Sebastián Coatán. Esto ha transformado notablemente su conformación demográfica. El artículo —por obedecer la rigurosa técnica periodística— establece que los inmigrantes de aquel municipio huehueteco son “más de 2 mil”. Pero todo aquel que conoce de cerca este poblado debería atreverse a decir que estos últimos ya son más del doble de la cantidad reconocida oficialmente, y que cerca de una cuarta parte de la población de Seymour habla en idioma maya-chuj. Usé la palabra “fascinante” en el párrafo anterior, pues es lo que me parecen estas nuevas fusiones entre dos mundos que no podrían ser más distintos. Nada más Mid-West que Seymour, Indiana; nada más maya que el chuj San Sebastián Coatán. Y nada más asombroso que ver cómo, lejos de lo que abordan las agendas de los políticos, todos estos humanos encuentran paulatinamente cómo ir conviviendo, cómo servirse los unos a los otros y cómo abordar el reto de conformar este nuevo concepto de comunidad.
' Un mapa de ciudades espejo es una hermosa ilusión.
Pedro Pablo Solares
National Geographic no es el primer medio de renombre en abordar el creciente fenómeno de las ciudades espejo anglomayas. Por ejemplo, Rachel Nolan utilizó el concepto en una pieza enfocada en idiomas, publicada por la revista The New Yorker, en 2020 (A Translation Crisis at the Border). También la revista Bloomberg tocó fuertemente el fenómeno en una pieza escrita por Monte Reel (Two Towns Forged an Unlikely Bond. Now ICE is Serving the Connection, 2018). Sin embargo, creo que esta pieza tiene particular importancia y potencial. Primero, porque aborda el tema de la fusión de los dos pueblos como idea central del artículo, y no como una parte accesoria. Y segundo, por el alto perfil de la famosa revista del marco amarillo, que, desde 1888, ha sido un pilar en mostrar las curiosidades del relacionamiento entre los humanos y el mundo que habitamos.
Según el artículo, hace 20 años —más o menos— miles de migrantes chuj llegaron de San Sebastián Coatán a este pequeño pueblo, en el sur de Indiana. Pero en el gran escenario, esa misma dinámica sucedió entre —quizás— otros 150 municipios guatemaltecos, con otros 200 o 300 pequeños pueblos estadounidenses. Las nuevas dinámicas que transforman las naciones es materia para próximas publicaciones. Un mapa de ciudades espejo es una hermosa ilusión. Esta pieza no puede ser sino una semilla de oro para futuros abordajes. Con maravillosas ilustraciones de Andrea Bruce, pueden encontrar la pieza en la red, bajo el título: A Guatemalan town remakes itself in Indiana.