SI ME PERMITE

No conocemos el futuro pero lo podemos mejorar

|

“Procura no ir esparciendo espinas por el camino, tal vez te toque volver descalzo.” Ramón Torres

Al terminar el día, cada uno de nosotros usualmente nos vamos a descansar teniendo en mente lo que nos espera el día de mañana y las tareas que debemos atender al amanecer. Eso es lo más normal porque una conducta de ese perfil nos hace gente responsable y productiva para poder avanzar paso a paso en esta vida.

' Lo que hoy se hace, por insignificante que sea puede ser un primer paso para el resto de la vida.

Samuel Berberián

En la medida que enfrentamos la vida responsablemente, planificamos nuestro mañana a la luz del pasado y de las vivencias que hemos tenido para poder ser mejores y en lo posible no tener que repetir aquello que en el ayer no nos trajo provecho, sino todo lo contrario, nos tiene apenados y en algunos casos avergonzados.

Sin lugar a duda para nosotros los mortales es gratificante soñar, pero no nos dejemos engañar. Es mucho mejor planificar haciendo un inventario de lo que tenemos y dónde estamos y qué retos nos ofrece el medio en que nos movemos para sacar el mejor provecho. Así en el mañana podemos mirarlo y sentirnos satisfechos por el esfuerzo que hicimos, que no fue en vano.

Posiblemente el perfil de curiosidad se apodere de nosotros cuando queremos visualizar y entender qué nos depara el futuro y, usualmente, por la información que tenemos de lo que otros han vivido y en qué ha resultado. Pero a la verdad, deberíamos cultivar un comportamiento de madurez para que no sea una simple curiosidad, sino un planificado esfuerzo de alcanzar metas y objetivos que la vida nos está ofreciendo a cada uno en lo individual.

Exactamente por ello uno se prepara aprendiendo todo lo que puede acorde a la capacidad y habilidad que tiene. Eso es porque el futuro que a cada paso vivimos se está transformando en presente para poder ponerle la máxima acción antes que se nos cambie en un pasado que solo nos gratificaría con recuerdos y algunas veces hasta con cargo de conciencia.

Si en cada etapa de nuestra vida hacemos lo que nos corresponde sabia y responsablemente, todo lo que está a nuestro alcance y no hemos esperado que otros lo estén haciendo por nosotros y para nosotros, podemos mejorar cada paso, y no para que se nos reconozca, sino todo lo contrario, para que tengamos el sentir de una misión cumplida, de que hemos vivido alcanzando las metas que un día nos trazamos. Porque si podemos tener este sentir nos dará el empuje y la determinación para visualizar metas futuras y sabremos que también lo haremos con las que nos falta alcanzar.

El gran cuidado que debemos ejercitar es el de no tener que esclavizarnos con opiniones de terceros, porque muchos poco hacen para vivir su vida, pero están empeñados en guiarnos y decirnos lo que nosotros debemos hacer. Pero si nos dejamos llevar por las opiniones de ellos terminamos renunciando a nuestros sueños y nuestras metas. Lo triste es que cuando hemos alcanzado la meta, la frustración se apodera de nosotros porque no es nuestra meta, sino la de otros.

Fácilmente podemos gratificar a otros haciendo lo que nos piden, pero es mejor tener claro lo que queremos alcanzar en esta vida, aunque no siempre seamos comprendidos. Cuando logramos alcanzar nuestras metas estaremos siendo no solo reconocidos, sino felicitados por una real persistencia que nos permitió lograrnos. La voluntad es el mejor empuje para mejorar.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.