REGISTRO AKÁSICO
No es dirigir sino estar en la macolla
La Task Force Biden Sanders definió las raíces causales de la migración: violencia, inseguridad con pobreza, corrupción penetrante, la baja educación con falta de oportunidad económica, e impacto del cambio climático. Con su gansada intitulada sistema migratorio del siglo 21, echó a rodar, el seguidismo acrítico. Según ellos, la primera herramienta será la diplomacia para hacer socios en la respuesta humanitaria. O sea, frente a los males, un banquete de embajadores.
' Hay falta de idoneidad en los funcionarios de EUA con jurisdicción en temas del Triángulo Norte.
Antonio Mosquera Aguilar
Uno de los proponentes es el colombiano, nativo de Cartagena de Indias, Juan Sebastián González, actual Deputy Assistant en la Secretaría de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental. Fue voluntario del Cuerpo de Paz de 2001 a 2004, en 7 Pinos, Chiantla, también colaboró en una toma de agua del río Magdalena Pep Ajau. Cuando compareció el 25 de septiembre de 2015, en el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso, destacó haber conducido al embajador Stephen McFarland en su visita a Huehuetenango y pasó por alto, haber controlado los fondos de AID, en la gobernación departamental.
Se graduó con honores en la primera universidad católica de EUA, Georgetown University, donde, además, es profesor. Hizo carrera como asesor en el Senado, en el diseño de las políticas para enfrentar el narcotráfico. Le valió ser nombrado coordinador de los planes antinarcóticos para Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela. En 2013, fue asesor del entonces vicepresidente Joe Biden, en esa materia.
Directivo entre 2017 y 2020 de WOLA, la oficina en Washington para asuntos latinoamericanos, conocida por su sesgo progre, en ciertas luchas políticas. Escribió en la influyente revista del Council on Foreign Relations, a favor de los inmigrantes, pero sin romper con la declaración de su gobierno: ¡no vengan! Por lo tanto, no incluye los fuertes intereses internos, para aprovecharse de la fuerza de trabajo extranjera.
El pasado 9 de agosto, como funcionario cercano al Presidente Biden, en una conferencia de prensa, dijo: presentaré al congreso nuestras estrategias para dirigirse a las raíces causales de la migración y trabajar conjuntamente en el Congreso.
Las causas que suscribe el gobierno norteamericano solo proyectan culpas sin considerar ninguna responsabilidad por el efecto llamada. Esa actitud es explícita, en el caso venezolano, donde González no observa el profundo involucramiento de su gobierno. En su artículo titulado Con los anteojos de Salvador Allende, proclama el horror de un regreso a la guerra fría, cuya esencia resume en la intervención. Ignora la participación de EUA en las apropiaciones de activos de empresas, las controversias diplomáticas y el patrocinio monetario de la oposición. En lugar de asumir el compromiso de establecer los pasos y objetivos de la política internacional, declara a la oposición venezolana interna como directora del proceso.
En el Triángulo Norte, todo se quiere resolver en lo local. Ante las barreras al comercio internacional y bloqueo de la promoción industrial, los migrantes acuden por empleo a los EUA. Se ganarán la vida con abnegado esfuerzo y sus patronos necesitados de mano de obra, obtienen beneficios. En resumen, no rompe con las afirmaciones formalistas de Trump y los supremacistas. Tal omisión se barniza con un discurso supuestamente bondadoso; pero sin una propuesta realista, capaz de movilizar a las personas involucradas. Los funcionarios de EUA rehúyen reconocer la unidad macro regional, donde se incluye tanto al Triángulo Norte como a Norteamérica. Es la misma humanidad, cada vez más cercana por el avance de las comunicaciones.