Durante la presente semana los guatemaltecos fuimos testigos de la investidura de nuevas autoridades en los organismos Legislativo y Ejecutivo, así como, a nivel local, de alcaldes y concejos municipales. Desde el punto de vista democrático y atendiendo la deseada alterabilidad en el poder, esos hechos abren la puerta para que las nuevas autoridades hagan realidad sus ofrecimientos de campaña para beneficio de la Nación. No hacerlo será algo que la historia juzgará y el pueblo demandará, según el juramento que todos y cada uno de ellos hizo al recibir el cargo para el que fueron electos.

En La Antigua Guatemala tomó posesión de la alcaldía el señor Víctor Hugo del Pozo y un Concejo a cuyos integrantes, representantes de los diferentes partidos políticos y comités cívicos que participaron en la contienda, la población considera honorables, dándoles el beneficio de la duda.

El éxito de su gestión me parece que está asegurado, pues hay algunas condiciones que les favorecen, así:

1. El señor Del Pozo, por haber sido alcalde en dos períodos consecutivos (1996-2004), conoce los problemas de la ciudad. La experiencia acumulada y el tiempo transcurrido no habrán sido en vano para aprovechar que recibe la administración con un presupuesto superior a los Q370 millones y la oportunidad de cumplir con su doble función: alcalde y (como tal) presidente del Consejo Nacional para la Protección de La Antigua Guatemala (CNPAG), entidad especializada e indispensable brazo técnico para la Municipalidad, cuyo objetivo es la conservación y desarrollo de la histórica ciudad.

2. Más allá de la experiencia anotada está la singularidad de que la administración pasada fue notoriamente inepta, al punto de que su ejecutoria fue cercana al fracaso total. Así, cualquier acción que la nueva corporación tome será bienvenida y, con un poco de suerte, hasta aplaudida.

3. Durante el segundo período de aquella administración fueron aprobados proyectos violatorios a la Ley Protectora y Plan Regulador vigente, por lo que las asociaciones de Vecinos y Arquitectos Salvemos Antigua y Diego de Porres, respectivamente, propusieron crear la Unidad de Planificación Municipal, desde la que se formuló el Esquema de Plan de Ordenamiento Territorial. Por razones políticas este no fue atendido y la Unidad, desmantelada, pero quedó la simiente de su importancia.

4. La Planificación Territorial dejó de ser asunto de expertos para convertirse en una demanda popular, tendente a no echar a perder el trabajo realizado y la categoría como patrimonio mundial de la que goza, se presume pero se desprecia al aprobar proyectos atentatorios, que van desde abrir una puerta donde hay una ventana hasta la imposibilidad de caminar con seguridad, por ausencia de banquetas en buen estado y de haber más automóviles que gente en sus calles.

5. Hoy la población es más consciente del valor de su ciudad, pues un alto porcentaje vive de eso. Ante el deseo de contribuir en términos de conservación y desarrollo, en 2006 los vecinos organizados se reagruparon bajo un solo manto y unieron esfuerzos en una sola dirección; creando así el Consejo Cívico de Vecinos de LaAG. Inicialmente fueron identificados cuatro problemas inherentes a la planificación territorial: seguridad, tránsito vehicular, contaminación del medio ambiente y crecimiento urbano, que más adelante dieron lugar a formular planes de trabajo municipal que, una vez electas las nuevas autoridades, se les dieron a conocer.

Ahora, la nueva administración tiene la oportunidad de servir a La Antigua Guatemala y para eso cuenta con el apoyo de ese Consejo Cívico de Vecinos.