DESDE GINEBRA

Oportunidades perdidas de América Latina

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En este artículo me refiero a un extracto de la conferencia del Dr. José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), llamada “Las llaves perdidas de América Latina”, donde elocuentemente comenta sobre las oportunidades perdidas de América Latina en el proceso de desarrollo, que me pareció interesante compartir para reflexionar.

' Es importantísimo para los países aspirar y ojalá lograr crecer al menos a 5% por año.

Eduardo Sperisen-Yurt

Comienza el Dr. Salazar diciendo que, si un país crece a 1.5% por año, le tomaría unos 140 años duplicar el ingreso per cápita. Dijo que en la última década, América Latina (AL) ha crecido solo a 0.8% por año, y que a este ritmo nos tomaría 300 años subir el ingreso per cápita.

En los últimos 10 años, el crecimiento de América Latina, en promedio, ha sido bajo, y en los últimos 50 años el crecimiento ha sido mediocre y volátil, unos años altos, otros bajos y otros incluso negativos.

Afirmó que el ingreso per cápita de la región, comparado con varios países, a principios de los 60 era mejor que países como Singapur, Corea, Hong Kong y Taiwán, así que lamentablemente nos hemos quedado rezagados.

Declaró que, si en vez de 1.5% por año el crecimiento fuera de 2%, el ingreso por habitante se duplicaría cada 70 años, y si fuera 5%, el ingreso por habitante se duplicaría cada 18 años.

De acuerdo con el Dr. Salazar, es importantísimo para los países aspirar y ojalá lograr crecer al menos a 5% por año y no menos de eso de manera sostenida. Esto no es algo imposible, muchos países asiáticos lo han logrado. Lamentablemente, América Latina avanza como tortuga, mientras otros van en avión. Lo más preocupante es que esto nos sucede nada menos que en la era de la globalización, del cambio tecnológico acelerado, de la revolución digital y, ahora, de la inteligencia artificial.

Lo que queremos para nuestras sociedades no es cualquier crecimiento, debe ser al menos con estas tres categorías: productivo, inclusivo y sostenible.

La productividad es la que en el largo plazo define el nivel de vida de una economía. Inclusivo, entendiendo esto que sea ampliamente compartido, que beneficie a todos y que cree empleos; no cualquier empleo, empleo de buena calidad y que reduzca la pobreza, la informalidad y la desigualdad, y sostenible, que no destruya la naturaleza y el planeta en que vivimos de camino, porque no se trata solo de producir mucho a bajo costo, sino con cero carbonos, sin contaminar.

Hay varias cosas que uno podría señalar como causas del fracaso, la falta de desarrollo de la educación, la falta de desarrollo de infraestructura, o del deterioro de la logística y la infraestructura física, o de la frustración con las regulaciones y la tramitología que asfixia a empresas y ciudadanos. Pero la clave del éxito de esos países de alto desempeño estuvo en las políticas de desarrollo productivo inteligentemente aplicadas.

Obviamente, no es posible hacerlo de un día para otro, hay que hacerlo con un cambio gradual que requiere una gran transformación, con un crecimiento alto y sostenido, porque sin un crecimiento, una transformación de este tipo es incompatible realizarla con una economía estancada y sedentaria. Ya que solo se hace con mucho esfuerzo, constancia y diciplina.

De seguir así, corremos el riesgo de convertirnos en sociedades cada vez más desiguales y violentas. Vamos a tener millones de personas frustradas con necesidades insatisfechas, vamos a perder la democracia y, lo peor, vamos a perder la paz social, resume el Dr. Salazar.

ESCRITO POR:

Eduardo Sperisen Yurt

Embajador. Representante permanente de Guatemala ante la OMC. Fue primer presidente y fundador de la Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales y presidente del Grupo de Negociación multilateral del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.