META HUMANOS

Orgullo guatemalteco

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Guatemala fue un placer. Fue un placer visitarte. No fue fácil el reencuentro, me costó vivir en mi tierra de nuevo, pero nada bueno en la vida es fácil.

Eres una tierra buena, literal y figurativamente. Eres uno de los países más megabiodiversos del mundo. Eres fértil, para sembrar tanto en agricultura como en sueños. Estás llena de potencial. La mayoría de tu población tiene menos de 35 años. Eres fuerte, has pasado por mucho maltrato y aún estás de pie. Estás llena de gente buena. Los guatemaltecos (en general) se caracterizan no solo por su gran sonrisa, sino también por su gran corazón.

Pero también tienes una población tonta. Seguimos cometiendo los mismos errores. Destruimos las grandes riquezas naturales y culturales que heredamos. Estamos dañando los lagos y tratamos al país como un basurero. Crecemos sin definir modelos de desarrollo. Permitimos que ejerzan el poder personas incompetentes y egoístas. Nos quedamos callados en situaciones que piden que gritemos. Menospreciamos lo que tenemos y lo que somos, por lo que no valoramos ni cuidamos de ambos.

Guatemala es un gran país, un país inigualable que tiene lo que muchos desean, y hasta más: 37 volcanes, 24 idiomas, 360 microclimas, más de 4,000 años de historia, y descendencia de una de las civilizaciones más adelantadas de su época. No tenemos razón por la cual envidiarle nada a nadie. Las únicas cosas que deberíamos envidiar: gobernantes competentes, seguridad, educación de calidad, salud pública accesible, transporte público multimodal, son cosas que están bajo el control de la población. Son consecuencia de lo que hacemos o dejamos de hacer.

La población tiene el poder de votar y de quitar gobernantes. La población se conforma con la situación o la cambia. Fundamentalmente, es la población la que determina la realidad de esta tierra tan buena.

' No se vale que un país con tantas riquezas sea categorizado como uno de los más pobres del mundo.

Caterina Méndez

Guatemala es responsabilidad de los guatemaltecos. Como guatemalteca me duele vivir en la tierra actual porque veo cada día cómo le estamos fallando. Lo veo en los niños que piden dinero en la calle, en el humo de las camionetas y en el basurero de la zona 3, en el que caen todos los desechos de la ciudad para llegar al río Motagua. Lo veo en un sinfín de caras, hechos, números y formas. Realmente le estamos fallando. No se vale que un país con tantas riquezas sea categorizado como uno de los más pobres del mundo.

Personalmente tuve la oportunidad de irme a estudiar fuera y la tomé. Actualmente no vivo en el país, pero por más que me encante mi vida del otro lado del océano, eventualmente pienso regresar. Me siento orgullosa de ser guatemalteca y quiero hacerle honor a ese orgullo trabajando por mi tierra. Tengo la responsabilidad de poner a mi país en el lugar que merece. Tenemos esa responsabilidad los guatemaltecos.

Por el momento seguiré involucrada en proyectos de transformación desde la distancia, pero eventualmente lo haré con los pies literalmente en mi tierra. Este es mi caso, pero pido que sea el de todos, porque, repito, Guatemala es responsabilidad de los guatemaltecos; los urbanos, los rurales, los migrantes, los extranjeros adoptados. Todos los que tengan orgullo guatemalteco corriendo por sus venas.

Me voy pero el orgullo guatemalteco se va conmigo porque esta tierra está impregnada en mi identidad. No estoy acostumbrada a los climas feos porque crecí con el clima perfecto. Le digo “feliz día” a toda persona que se cruce en mi camino y tomo más tazas de café de las recomendadas. Soy guatemalteca, y por lo menos en esta vida eso no se me quita, así que la responsabilidad de poner esta tierra en alto tampoco.

ESCRITO POR:

Caterina Méndez

Estudiante (literal y figurativamente). Aprendo incansablemente y escribo sobre estos aprendizajes con la esperanza de que le puedan ser útiles a más personas. Sueño/trabajo por un mundo de más empatía, bienestar y alegría.