ALEPH

Óscar es Guatemala

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Edad: 14 años. Color de la piel: morena clara. Cabello: negro, lacio. Color de los ojos: negro. Estatura: 1.10 metros aproximadamente. Se llama Óscar y se ha hecho visible en redes y medios de comunicación porque robó por hambre. En consecuencia, fue maltratado por agentes policiales y un juzgado de turno dispuso su institucionalización. Hoy está desaparecido, según el Sistema de alerta Alba-Keneth, porque “abandonó proceso” el 23 de agosto en el albergue Nidia Martínez, de la Secretaría de Bienestar Social, donde estaba abrigado.

Ojalá Óscar fuera una excepción, un solo niño abandonado en un país donde todos y todas fueran cuidados, protegidos, respetados, escuchados y queridos. Pero él es Guatemala, esa que contiene millones de pequeños desnutridos, enfermos de diarrea, abandonados, ultrajados, analfabetas, desaparecidos y olvidados. Lo más perverso de todo esto, además de una serie de falencias e ilegalidades del proceso, es que Óscar fue señalado por robar una USB de Q.5.00 para venderla y comprar comida, mientras que la corruptocracia guatemalteca permite y favorece que verdaderos ladrones anden sueltos y hasta secuestren al Estado.

La abogada Claudia Carolina Serrano, relata lo siguiente: “El viernes 16 de agosto, aproximadamente, a las cinco de la tarde, yo caminaba por una de las calles de la ciudad de Huehuetenango, cuando vi que dos policías forcejeaban con un pequeño, cuando me acerqué, era Óscar, quien estaba siendo ‘detenido’ por dos agentes de PNC. El cuadro me impactó, era un niño llorando desesperadamente, pidiendo que lo ‘soltaran’, pues la agente de policía lo sostenía de una mano de forma violenta, su mano estaba de color morado, el agente fue un poco más empático, le hablaba en su idioma materno Mam. Cuando me di cuenta que era Óscar, el niño que conocí un día antes [agradeciendo comida que le habían regalado], les pregunté a los policías la razón por la que llevaban a ese niño, ellos contestaron que lo habían ‘detenido’ por haber robado una memoria USB (…). Inmediatamente, le dije a la policía mujer que soltara al niño, pues de forma violenta le sostenía una de sus manos(…). Me contestó que quién era yo para pedir eso, entonces me identifiqué como Abogada y le recordé que a quien ella había ‘detenido’ era un niño y que los niños constitucionalmente son inimputables. (…) Ante la actitud prepotente de la agente de PNC, le pedí que llamara a su superior porque evidentemente estaban cometiendo un error al llevarse detenido a ese niño. Los agentes llamaron por teléfono a su jefe inmediato, quien en el transcurso de los siguientes 25 minutos llegó al lugar. Otro señor que trabaja en uno de los comercios aledaños y yo estuvimos acompañando a Óscar mientras tanto, explicándole que estábamos en ese lugar para ayudar a resolver el problema, el señor ofreció pagar la USB y pidió que dejaran ir a Óscar porque era notorio que el niño lo que tenía era hambre.”

' Este Estado necesita crear monstruos para tener a quien sacrificar después.

Carolina Escobar Sarti

Señala la abogada Serrano que el supuesto robo, según el agente de PNC, sucedió alrededor de las 11 horas y alrededor de las 16:30 Óscar estaba de nuevo cerca de la tienda. Entonces agentes de seguridad privada que sirven a la tienda detuvieron a Óscar y los encargados (…) llamaron a la PNC. “Es decir que fue una detención ilegal, no fue detenido en el momento de la comisión del supuesto delito o falta, sino más de cinco horas después. Según la Constitución Política de la República, no es legal detener a una persona sino por comisión de delito flagrante o por orden de juez. (…) Óscar no tuvo audiencia inmediata, el Juez que debió atenderlo, (…)solo dio órdenes por vía telefónica, el principio de inmediación procesal se violentó, la PGN y la PDH no estuvieron presentes en el momento de la real necesidad, solo aparecieron en la formalidad de documentos y la PDH asegura estar en seguimiento del caso”, concluye.

Óscar es un hijo de la corrupción y el abandono, como tantos otros sin educación y con hambre, durmiendo en las calles. Él y millones más, lo que necesitan es un sistema de atención y protección integral desde el nacimiento. Pero este Estado necesita crear monstruos, para tener a quien sacrificar después.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.