PLUMA INVITADA

Otro año que se va

|

Otro año termina. Solamente espero que en este 2023 se logren resolver algunos de los problemas que afronta el país. Principalmente en lo referente a la pandemia de covid-19, ya que nuevamente se han incrementado los casos, y pese a esto, aún los protocolos de bioseguridad no son obligatorios para la población; por ende, la mascarilla continúa como una “recomendación” y en Guatemala únicamente se han vacunado con dos dosis 7,027,477 personas (fuente: MSPAS al 20/12/2022), aproximadamente el 40.48%, y el país cuenta con 17,357,886 habitantes (fuente: proyecciones 2022- INE).

' Cuidarnos del covid-19 no depende solo de usar nosotros la mascarilla, sino de que los otros también la utilicen.

Patricia Muñoz Meza

Ahora bien, a manera de ejemplo, la ley espacios libres de humo, Artículo 3, prohíbe fumar en lugares cerrados. Sus considerandos indican que el humo puede provocar daños a la salud de las otras personas que lo respiran, etc. No dice es “recomendable” que no fumen.

Por lo tanto, al pertenecer a una colectividad social, cuidarnos del covid-19 no depende solamente de usar nosotros la mascarilla, sino de que los otros también la utilicen; al igual que con el humo del cigarrillo, depende de que los otros no fumen.

Así que, si se obliga a una persona a trabajar presencialmente y esta se encuentra rodeada de compañeros con y sin mascarilla, los cuales hasta podrían estar enfermos o ser portadores de covid-19, aunque esta persona utilice mascarilla, su riesgo de contraer la enfermedad aumenta fuertemente con el hacinamiento y convivencia laboral. Esto vendría siendo lo mismo que respirar el humo del tabaco de terceros, y sumándole la utilización del transporte público, en el cual, en ocasiones, los pasajeros van amontonados y sin mascarilla, nos da como resultado más contagios.

Además, las autoridades de Salud “recomiendan” evitar aglomeraciones, pero ¿cómo se evitan estas, si hay que ir a trabajar obligadamente? Pues hasta prohibieron teletrabajar (aún a los vulnerables).

Si la mascarilla fuera obligatoria ayudaría a prevenir una enfermedad, igual que prohibir fumar previene enfermedad pulmonar, así ambos casos sirven para prevenir enfermedades, ya que se supone que debe prevalecer el derecho a la vida y a la salud que garantiza nuestra Constitución Política, así que ¿por qué las autoridades de Salud únicamente “recomiendan” el uso de mascarilla?

Cuando algunos días reportan pocos contagios, quizás se deba a que se practicaron pocas pruebas. Por ejemplo: no es lo mismo el 30% de mil pruebas que el 30% de diez mil. En el primer caso, los positivos son 300 y en el segundo, 3,000; aunque el porcentaje de positividad sea el mismo para ambos, al aplicar el porcentaje al total de pruebas nos dará una cifra más alta, o viceversa, dependiendo del número de pruebas realizadas.

Por otro lado, se habla de fallecidos por covid-19 y le restan importancia al número, por ser de dos o tres diarios. ¿Por qué cuando ocurre un accidente automovilístico y hay dos fallecidos sí preocupa, pero si es por covid-19 no importa ya? ¿Es qué acaso la pérdida de vidas por covid-19 es normal? ¡Se trata de seres humanos!

Según datos publicados, hay un aproximado de dos fallecimientos diarios por covid-19, lo que en un mes suma un total de 60 personas fallecidas. Me preocupa que cuando se trata de la muerte de personas mayores o de la tercera edad, al parecer ya no importa tanto.

Por último, las secuelas poscovid podrían en el futuro llevar a colapsar a los sistemas de salud, públicos y privados (basados en seguros), lo que ocasionaría consecuencias económicas fuertes en este sector.

ESCRITO POR:

Patricia Muñoz Meza

Experta universitaria en requerimientos de la calidad, consultora en sistemas de gestión de la calidad y evaluación de la conformidad; gestión ambiental, análisis estratégico y desarrollo empresarial. Poeta y escritora.