RINCÓN DE PETUL
Pequeño gran detalle
En Prensa Libre salió publicada una nota titulada “¿Qué tipo de niños y adolescentes migran hacia EE. UU.? La OIM responde esta pregunta”. Gracias al artículo me enteré de un informe divulgado por la Organización Internacional para las Migraciones, basado en su Encuesta de hogares sobre movilidad humana. Esta encuesta fue conducida en el segundo semestre de 2021 a padres de menores que emigraron sin compañía paterna, deportados a Guatemala. La nota publica datos interesantes sobre la niñez y adolescencia migrante, pero me referiré en especial al que menciona de primero, por ser un relevante pequeño detalle sobre las encuestas de OIM, que desde hace un tiempo he considerado apto para discusión. Dice la nota, casi como acápite, y a manera de responder la pregunta planteada en su título, que el informe “reveló que la enorme mayoría de los menores de edad que migran hacia EE. UU. lo hace con la intención de mejorar sus condiciones de vida”.
' Aportes como las encuestas de OIM son demasiado valiosos y escasos para dejar puntos sin resolver.
Pedro Pablo Solares
La OIM ha conducido las encuestas más importantes del país sobre migración. Y, al buscar lo que motiva el problema, ha lanzado la misma pregunta, obteniendo similares resultados. Se suele obtener una respuesta que ya parece cliché. A la obvia “¿Por qué se fue?”, responden con la evidente: “porque aquí no hay oportunidades”. La nota hace alusión a que, en la encuesta, el 74% respondió que el menor emigró “en busca de mejores condiciones de vida”. Aunque no dudo sobre su certeza, la respuesta me parece rápida para luego ser interpretada tendenciosamente. Se derivan soluciones igual de incompletas. A un éxodo causado arrasadoramente por falta de oportunidades, se responde con una posiblemente errada solución, a través de la sola creación de plazas laborales. Luego, sectores económicos y políticos del país usan esta información y niegan problemas subyacentes, y persiguiendo proyectos económicos que difícilmente beneficiarán a quienes emigran.
No discuto que la gente se vaya buscando plata. Pero hay que observar un más allá de lo que podría más bien ser una pregunta inicial. Poner especial atención al por qué necesitan más plata. Y en qué utilizarían un ingreso adicional. Conociendo las inhumanas condiciones de vida de los territorios más expuestos al fenómeno, anticipo que el problema es más profundo que el solo obtener ese ingreso adicional. Miles de casos son como el trágico ejemplo de la chiquilla Santa Cristina García, quien murió en la infame masacre de Tamaulipas. Si le hubieran preguntado a qué iba, seguramente solo hubiera respondido que buscando trabajo. Pero ya en por la tragedia, cuando periodistas visitaron su casa, hurgaron los motivos subyacentes. El dinero lo usaría para una operación de labio leporino para su hermana bebé. Igual el menor Juan de León de Jocotán, que murió en la frontera con Texas, quien mandaría dinero para mejorar la precaria vivienda donde vivió.
Más allá del ingreso laboral, un inmenso atraso en el desarrollo del país suele salir a flote cuando se conoce a quienes emigran del país, en especial, desde las áreas rurales. Esto no es recogido por encuestas cuya metodología solo permite una respuesta, como parece que se plantea la próxima Encuesta sobre migración y remesas que conducirá nuevamente la OIM en 2022. La necesidad de agregar más preguntas a los motivos del viaje lo considero crucial en la intención de conocer nuestro problema migratorio. Y, en especial, el permitir que el encuestado pueda dar más de una respuesta, lo cual, entiendo, aún no es la forma como está planteado el ejercicio de la próxima encuesta. Estos aportes son demasiado valiosos y escasos para dejar puntos sin resolver o que permitan interpretaciones incompletas. La gente se va buscando dinero, sí. Pero qué hay detrás de esa búsqueda. Ese es un pequeño pero enorme detalle, que aún hace falta afilar un poco más.