El “Diseño Sensible al Contexto”, en su concepto básico en los proyectos de planificación, diseño, construcción y mantenimiento de carreteras y vías urbanas, hace énfasis sobre la flexibilidad en las normas de planificación, diseño, construcción y mantenimiento de vías y el diseño con participación de distintos profesionales.
El proyecto llamado libramiento de Chimaltenango, que se hizo sobre una zona de recarga hídrica, según la Unidad de Hidrología y Deslizamientos del Insivumeh, indica que en Guatemala siempre es necesario realizar un análisis integral en los diseños viales del subsistema de transporte.

En definitiva se debe hacer un ordenamiento territorial para atender las necesidades específicas en los proyectos urbanos regionales, lo cual representa un equilibrio entre la seguridad y las necesidades de movilidad, tomando en cuenta los intereses de la comunidad.

Esto se refleja en la necesidad de considerar los proyectos viales como algo más que una vía de transporte. Se reconoce que una vía de transporte dentro de la comunidad urbana puede tener grandes impactos —positivos o negativos—, más allá de la función de transporte. La aplicación del “DSC” promueve las etapas apropiadas de un proyecto, así como el uso de equipos multidisciplinarios para mejorar lo establecido en el diseño vial.

Cuando hablamos de vías se debe pensar en la situación Geofísica del suelo, que es la ciencia que estudia los campos físicos vinculados con nuestro planeta. Se deberá planificar con antelación la ocupación del suelo y la realización de vías dentro de montes, taludes, terraplenes, húmedos o sísmicos, en zonas montañosas.
Se definirán las zonas a ser deforestadas en la elaboración de las vías, definiendo los márgenes y movimiento con declives adecuados geométricamente y con contrafuertes, para evitar los deslaves en zonas previamente establecidas en el diseño vial, así como resolver los problemas en general, no solo los aspectos puntuales.
De lo contrario, al final se toparán con una serie de problemas físicos, económicos y sociales, ya que estas vías también proveen servidumbres de paso para servicios públicos, infraestructuras de comunicaciones y la interacción cotidiana de la población, que son muchos y variados.

Sumamos, además, las avalanchas de agua que pueden generar las tormentas y los huracanes, con la saturación de la tierra, junto a la composición del suelo, tales como su comprensibilidad, su cohesión, su permeabilidad y su plasticidad.

Como sucedió con el diseño equivocado del libramiento de Chimaltenango, en la ruta Interamericana, en el que se obvió disminuir los efectos no evaluados en este proyecto y los problemas negativos, el funcionamiento de los sistemas de transporte, que van asociados a esquemas de integración regionales.
Con una institucionalidad de cuerpos normativos en servicios e infraestructura propios, en que no se han estudiado las diversas fases de deslizamiento de tierras, que al final culminó con el cierre, cuando el ministro dijo que ya para diciembre estaría resuelto. Claro, ya ha terminado la época lluviosa.