SI ME PERMITE

Pongamos fundamento válido a esta Nochebuena

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“La Nochebuena es una noche de canción que te envuelve como un chal. Calienta tu corazón… y lo llena con una melodía que durará para siempre”. Bess Streetr Aldirich

' Cada uno debe valorar la familia para disfrutar el tiempo de la convivencia de estos días.

Samuel Berberián

Entendiendo que cada familia tiene su propia manera de celebrar la Nochebuena y en algunos casos se ha venido heredando de sus mayores y otros, una vez que forman su hogar una de las cosas que hacen es programar la Nochebuena de una manera que a ellos les agrada y también tiene sentido.

Lamentablemente, en nuestros días, en una manera mucho más acentuada, la comida llega a ser el elemento que más ocupa a los que la están programando y algunas veces se combina con lo que cada uno va trayendo para que se pueda tener un poco de todo. Pero aun así, lo central debería ser una sana convivencia, dando así sentido en forma muy destacada la celebración del nacimiento del Mesías, claro está si esta fuera la creencia y la confesión que la familia tiene.

Cuando la reunión llega a ser de lo más gratificante es porque los que están asistiendo no lo están haciendo por un compromiso social, sino que aprovechando la festividad se ponen de acuerdo en hacerlo con determinada familia y en algunos casos se ha tenido la costumbre de que se van rotando el turno y de ese modo se convive de una manera mucho más amigable y la carga está mejor compartida.

Las reuniones que han dejado los mejores recuerdos se destacan porque supieron cómo iniciar la reunión y además del cuidado de cada detalle también estaba claramente establecido cómo y a qué hora terminar. En cada familia hay miembros que son expertos en saber planificar estas reuniones y también otros que tienen la especialidad de dirigir y ver por cada detalle para que la reunión progrese de un modo gratificante, al punto que no se siente cómo el tiempo pasa rápido.

Si las reuniones se limitan a las tradiciones, simplemente no se disfruta de la misma manera que cuando se tiene presente y se toma en cuenta a cada uno de los invitados, si hay mayormente gente mayor o niños y si los que están llegando se conocen y será un reencuentro agradable después de mucho tiempo o probablemente será una reunión en la cual se cultivarán nuevas relaciones.

En algunas de estas reuniones, donde varias familias están participando, para algunos de los niños que están acompañando a sus padres es casi hacer un descubrimiento lo que se hace en reuniones de una clásica Nochebuena, a tal modo que cuando ellos tienen la oportunidad a los años repiten lo que aprendieron en esa noche. Teniendo presente esto, debemos tomar muy en cuenta a los que habrán de llegar, de qué manera se les puede ocupar esa noche para que se puedan llevar un recuerdo digno de alguna vez ser repetido.

Es sorprendente que para muchos de nosotros los mejores recuerdos que tenemos de una reunión de Nochebuena son aquellos que posiblemente recuerdan de cierta comida; si bien estaba, no era el centro de la celebración, sino la sana y gratificante convivencia que se tuvo y donde cada uno ocupó un lugar especial. A la luz de esta realidad, cada uno de nosotros debe ser responsable en poder mejorar la reunión a la cual habremos de asistir, y antes de esperar de otros, seamos nosotros los que hacemos el mejor aporte.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.