A CONTRALUZ

Rechazo al golpe electoral

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Guatemala vive momentos aciagos por la persistencia de una élite corrupta que busca mantenerse en el poder a costa de todo. El principal responsable de este grave abuso de poder, que lesiona el derecho ciudadano al voto, es el presidente Alejandro Giammattei y su amigo Miguel Martínez, que han intentado un golpe de Estado técnico, utilizando para ello a Consuelo Porras y a Rafael Curruchiche. Su objetivo no era solo quitar del camino a Bernardo Arévalo, sino llevar a Manuel Conde a la segunda vuelta y hacerle fraude a Sandra Torres para continuar en el poder. Aunque el Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya oficializó los resultados de la primera vuelta y confirmó que Torres y Arévalo van al balotaje, el peligro aún no ha pasado. Afortunadamente la Corte de Constitucionalidad (CC) otorgó amparo provisional al partido afectado, con lo que le dio un espaldarazo al TSE.

' Giammattei estaría detrás de Porras y Curruchiche para lograr la continuidad del régimen de corrupción e impunidad.

Haroldo Shetemul

El Movimiento Semilla no les resulta incómodo porque sea de centro-izquierda, sino porque plantea como punto prioritario la lucha contra la corrupción y eso afectaría los intereses de Giammattei y sus aliados. Por ello no dudaron en inventarse un supuesto fraude electoral y, por intermedio del exconvicto Manuel Baldizón, llevaron a que la CC ordenara la revisión de actas. Como eso no les resultó, se fueron por la opción B: eliminar a Semilla. Contra todos los pronósticos, el miércoles pasado Curruchiche puso a todos los empleados de la Feci a buscar algo para armar un caso espurio. Lo único que se les ocurrió fue decir que para ser inscrito como partido, Semilla presentó miles de firmas falsas y compró otras 25 mil. Tal mentira fue parecida a la que empleó para armarle un caso espurio al periodista Jose Rubén Zamora. Curruchiche luego le llevó ese expediente al juez del ramo penal, Fredy Orellana, quien de inmediato resolvió suspender a Semilla como partido político.

Orellana, quien es el mismo juez que utilizó Curruchiche para armar casos contra Zamora, Juan Francisco Solórzano Foppa y los exfiscales Juan Francisco Sandoval y Samari Gómez, no tiene competencia en materia electoral. Al tratar de suspender a Semilla por la vía penal incurrió en violación a la Constitución, abuso de autoridad y prevaricato, porque el artículo 92 de la Ley Electoral dice que no se puede suspender un partido después de la convocatoria electoral. Afortunadamente los magistrados del TSE actuaron correctamente al ignorar esa resolución judicial y oficializar los resultados de la primera vuelta electoral, así como confirmar que Torres y Arévalo van al balotaje. Quizá por ello, el jueves por la mañana el TSE fue amedrentado con vehículos sin placas y el MP allanó el Registro de Organizaciones Políticas del TSE, con efectivos armados y con el rostro cubierto. La fiscal del MP y sus auxiliares se llevaron toda la documentación original de Semilla, con lo que bien podrían alterarla como les dé la gana.

Este es un momento clave en la historia del país: o se profundiza la democracia o se tira por la borda. Hay una alineación de sectores de poder favorables a que se respete la voluntad ciudadana, entre ellos están el Departamento de Estado de Estados Unidos, la Unión Europea, el sector empresarial aglutinado en el Cacif y organizaciones de la sociedad civil. Quizá eso habría llevado a los magistrados de la CC a suspender la resolución del juez Orellana. Poco a poco el mandatario y sus esbirros Porras y Curruchiche se están quedando solos. Su intento por perpetuarse en el poder se va diluyendo y han quedado evidenciados. Del lado del pueblo hay un rechazo absoluto a estos desmanes, hay un hartazgo a los abusos de poder del pacto de corruptos. Por el bien del país, Giammattei debe irse ya, no debe provocar un derramamiento de sangre innecesario.

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.