El viernes 20 de enero se realizó la convocatoria a elecciones generales por parte del Tribunal Supremo Electoral. Las elecciones de corporaciones municipales, diputados y binomios presidenciales se celebrarán el 25 de junio de este año. Las elecciones generales son de suma importancia para una república democrática, especialmente en Guatemala en donde su trayectoria histórica es reciente, en comparación con otros países, y éstas se deben fortalecer.

Es un hecho que afrontamos este proceso electoral con condiciones adversas, la ley electoral y de partidos políticos reformada en el año 2016 representa ventajas a los políticos que tienen más tiempo en el poder. Sumado a eso, la falta de resoluciones por parte de la Corte de Constitucionalidad a las diferentes acciones de inconstitucionalidad a esa ley y la falta de reformas correctivas son factores que han colocado una presión mayor. A lo anterior hay que agregar el componente de descontento con la clase política así como años de alta tensión social por la pandemia e inflación.

Sin embargo, cuando las condiciones son adversas es cuando es más necesario afrontar de mejor manera el proceso electoral y generar unión ciudadana para proteger el sagrado derecho de elegir y ser electo. Hoy por hoy mantenemos vigentes importantes elementos del sistema de elección, como lo son las juntas electorales de votos que representa una participación ciudadana importante en el conteo de los votos el día de la elección.

No podemos permitir que los derechos fundamentales de libertad de expresión y participación política sean menoscabados en este proceso electoral. Y la mejor manera de lograr esto es poniéndolos en práctica. El rol que tendrán las organizaciones cívicas, los medios de comunicación, juntas electorales, observadores electorales y demás entidades que participan con un ánimo cívico en las elecciones será valioso para afrontar de la mejor manera el proceso electoral.

La censura a la libertad de expresión de los partidos políticos y candidatos es peligrosa. Con la regulación actual los candidatos no pueden realizar una campaña política efectiva ni darse a conocer libremente en los espacios que consideren pertinente. Además, dicha regulación tiene un carácter de expropiación para los medios de comunicación que ha generado una falta de incentivo para que estos quieran inscribirse para ser sujetos de publicar pauta electoral. Todo esto ocasiona que existan votantes poco informados o desinformados sobre la oferta electoral, con una tendencia a favorecer a quienes están en el poder público porque son ampliamente conocidos generando poca competencia.

Es por esto que el ciudadano tiene que asumir el proceso electoral con peculiar responsabilidad. Más responsabilidad de lo que asumiría un proceso electoral en condiciones “normales”. Debe estar atento a conocer realmente cuál es la oferta política, informarse sobre los antecedentes y propuestas que presenten los candidatos. Rechazar los discursos populistas que después le pasan la factura al mismo ciudadano y participar en los diferentes espacios que son necesarios para resguardar el sagrado voto de los guatemaltecos. Además de practicar la libertad de expresión con un sano debate.

La realidad es que no afrontamos el proceso electoral con las mejores condiciones y es por eso que nuestro involucramiento ciudadano debe ser con mayor intensidad para resguardar unos de los pilares sagrados de toda república democrática: la alternabilidad de poder ordenada y en paz.