DE MIS NOTAS

Reflexiones de la Semana Mayor

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Estoy en la playa. Las olas del mar se mecen suavemente mientras el sol se va ocultando en el horizonte. El sonido de las olas me invita a la calma y a la reflexión, recordándome que todo en este mundo está interconectado y tiene ritmo y cadencia. Todo finamente hilvanado como un tejido multicolor. La Semana Santa es una oportunidad para reflexionar sobre mí relación con el mundo en el que me muevo y en las acciones que afectan a aquellos que me rodean.

Estoy aquí, ahora, y observo: las olas del mar suben y bajan, como el vaivén de nuestras emociones y su tropel de pensamientos. El todo me invita a reflexionar sobre mi propósito en la vida y cómo puedo conectarme con mi creador y mi prójimo. Es una época para encontrar la paz interior y la tranquilidad que necesito para eliminar todas esas telarañas que obstruyen mi visión.

El viento sopla fuerte en la playa, llevando consigo mis pensamientos y mis emociones. Es un momento para buscar el silencio y encontrar la conexión con mi creador y mi prójimo. No estoy solo. Es una oportunidad para renovar mi fe y bregar con las realidades de este mundo cada vez más extraviado.
Las gaviotas vuelan bajo, en perfecta sincronía sobre las olas, llevando consigo un mensaje de esperanza y amor. Me invita a amar y respetar a mi prójimo como a mí mismo y a amar a Dios con todo mi corazón. “A eso se reduce toda la ley y los profetas”, dice el librito.

Es un momento para reflexionar sobre mi papel en la creación de un mundo mejor para todos.
La arena de la playa se siente suave y cálida en mis pies, recordándome la importancia de cada momento y cada experiencia. Solo este instante existe. Las ideas del pasado o el futuro son meras imágenes.
Por eso Semana Santa —sí, quiero llamarla santa— es una oportunidad para crear recuerdos duraderos con mi familia y mis amigos, y fortalecer las relaciones con aquellos que me rodean. Quiero convertir cada momento en algo trascendente.

' Es una oportunidad para renovar mi fe y bregar con las realidades de este mundo cada vez más extraviado.

Alfred Kaltschmitt

No tengo planes. En esta temporada dejo atrás la distracción y la agitación y me concentro en lo que realmente importa. Busco el silencio para conectarme con mi espiritualidad, aprovechando cada momento para crear recuerdos duraderos, y recordando que estoy aquí para ayudar a los demás y crear un mundo mejor. Es un tiempo valioso para no olvidar lo que es el obsequio de la vida y fortalecer nuestra relación con nuestro creador y nuestro prójimo.

Pausa: Me identifico con lo que tengo frente a mí: las olas, el viento, aves volando y esta arena que acaricia mis pies, todos coexistiendo en una simbiosis perfecta.

Estoy consciente de que todo en este mundo está interconectado y que mis acciones tienen un impacto en aquellos que me rodean. Me percato de que debo estar más consciente de mi huella en el medio ambiente, en la sociedad, y en el trabajo conjunto para crear un mundo más sostenible y equitativo. Es un tiempo para reflexionar sobre mi relación con el mundo y con los demás, y para encontrar formas de contribuir al bien común.

Despierto mi conciencia. Estoy más conectado con mi espiritualidad y mi prójimo. Encuentro en este silencio la conexión con mi Creador.

Tengo fe. Juntos podemos crear un mundo mejor.

En Dios confío.

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.