La captura en EE. UU. de Mario Estrada continúa removiendo las aguas negras en que se mueven funcionarios y dirigentes políticos en el país. Gracias a la DEA, ahora se sabe que el dueño de la UCN tenía vínculos con el narcotráfico y financiaba su campaña con dinero sucio. Eso era un secreto que corría de boca en boca y a nadie parecía importarle. La embajada de EE. UU. elaboró en el 2011 un informe en el que calificaba a ese partido de tener “ideología narca”, lo cual debía ser conocido por quienes en el país se dicen medianamente informados, sobre todo si tienen intereses políticos o ejercen responsabilidades institucionales. Eso implica que alguien con un mínimo de decencia no iba a relacionarse con una persona con tales referencias.

Tras conocerse que el presidente Jimmy Morales acudió a la Hacienda Santa Fe, en Jalapa, a hincar el diente en el espléndido banquete que incluía, entre otras viandas, gallina en crema con loroco, chicharrones y carnitas, han salido a relucir otros nombres que, al igual que el mandatario, les han valido un pepino tales juntas. Entre los asistentes al festín estaban los ministros de Ambiente, Alfonso Alonzo, y el de Comunicaciones, José Luis Benito, pero en particular sobresale la presencia de una magistrada que fue presidenta de la Corte de Constitucionalidad y que tiene fuertes vínculos con el gobierno actual. Ya se imaginan, entonces, estimados lectores, cómo los responsables de la institucionalidad se pueden dar estas licencias de rozarse con uno de los capos del narcotráfico en el país, sin que les cause rubor.

Según diario elPeriódico, la Hacienda Santa Fe es una extensa propiedad que cuenta con rancho para eventos, una capilla, una laguna artificial donde se puede pescar, una espaciosa piscina, helipuerto, caballerizas, casa de visitas, vivienda de empleados y residencia principal. No se puede dejar de mencionar el helicóptero TG-MEO, que a Estrada le habría costado más de un millón de dólares. ¿Cómo pudo este dirigente político, quien nació en una familia de escasos recursos, llegar a convertirse en un magnate?

Eso es lo que se llama riqueza inexplicable, mal habida. ¿Qué intereses había acumulado el dueño de la UCN para que funcionarios de tan alta investidura fueran hasta su changarro en Jalapa a degustar sus viandas, cuando en la Casa Presidencial se las pueden preparar mejor? ¿Cómo podían los invitados cerrar los ojos ante lo que veían? No, no cerraron los ojos, sabían o se imaginaban la procedencia de esa riqueza y se regodeaban en ella, porque así se ha construido y corrompido el poder en Guatemala. El crimen organizado es parte de esa estructura de poder.

Llama la atención la forma en que reaccionaron algunos dirigentes políticos sobre este hecho. Zury Ríos lo calificó simplemente como parte de la vida social del presidente haber asistido a ese almuerzo, lo cual significa pasar por alto las implicaciones de los vínculos con el crimen organizado. Hay que recordar que Mario Estrada fue electo diputado por el FRG, de Efraín Ríos Montt, y durante el tiempo que estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social “desaparecieron” Q330 millones. El FRG miró para otro lado, lo mismo que hizo con el desfalco de Q471 millones en el Ministerio de la Defensa, atribuido al general Enrique Ríos Sosa, hermano de Zury. El gobierno de Jimmy Morales también ha mantenido a ocho policías como parte de la seguridad del capo de la UCN; sin embargo, ahora se sabe que tal cuerpo policial le fue otorgado a Estrada por el gobierno de la UNE, en el 2009, cuando no se movía ninguna hoja sin que lo ordenara Sandra Torres. Tanta pleitesía, tanta condescendencia con los capos solo se explica a partir de que buena parte de los fondos utilizados en campañas proselitistas proviene del crimen organizado. Ya lo advertía la Cicig en el 2015: no menos del 25% de ese financiamiento es dinero sucio.