ALEPH

Respire, esto no es magia

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Cierre los ojos y respire tres veces, con plena conciencia del momento histórico que estamos viviendo. Y recuerde que un país que funciona para y por la corrupción, no cambia por arte de magia. Un país cuyas instituciones han sido secuestradas y saqueadas por décadas, pide tiempo para reconfigurarse. Y si usted es aún de las personas que piensan que ser buen político pasa por ser buen ladrón, tenga la certeza de que usted es parte del problema.

' Para mí, es momento de observar, escuchar y mantener el sospechómetro encendido.

Carolina Escobar Sarti

No hemos terminado de lidiar con la dictadura corporativa y el golpe blando que se venían dando en Guatemala, cuyos operadores siguen sirviéndose del sistema de justicia para declarar la guerra a la intención de construir un país gobernable, democrático y justo. Las cosas aquí se han hecho según los protocolos de la corrupción por demasiado tiempo y salir de ese sistema que funcionaba muy orgánicamente hasta hace muy poco, será como aprender a caminar de nuevo. Estos últimos seis meses fueron una larga Batalla de Jakku. Levantarse para comenzar la construcción de un Estado democrático y plural, es lo que toca, pero será una carrera larga y con obstáculos.

Hemos comenzado a ver acciones del nuevo gobierno que, simbólicamente, envían claros mensajes a la ciudadanía. Algunos ejemplos: cambiar el logo del gobierno por uno sobrio y tradicional que no lleva el nombre del presidente, sino solo el de Guatemala; quitar las vallas alrededor de la Casa Presidencial y el Palacio de la Cultura para que las calles cercanas al poder también sean nuestras y no de quienes temen al pueblo; que el presidente Arévalo, estudioso de las fuerzas armadas por años, asumiera su papel como Comandante General del Ejército en la Plaza de la Constitución, en lugar de hacerlo en una instalación militar, para simbolizar que el poder militar debe someterse al poder civil; restringir el uso de vehículos institucionales a los trabajadores de todos los Ministerios, para que no se los lleven a sus casas o los usen pasear; sembrar arte en las calles el día de la toma de posesión, como símbolo del valor de la cultura y la libre expresión; que la vicepresidenta asuma plenamente sus funciones, respaldada en todo momento por el presidente electo; que el binomio haya asistido a una ceremonia maya, pero que también haya visitado al líder de la Iglesia Católica y se haya reunido con autoridades evangélicas, señala su apertura a diversos sectores.

Para mí, es momento de observar, escuchar y mantener el sospechómetro encendido. Son personas como usted y yo, que han asumido cargos públicos para representarnos. No son dioses del Olimpo, ni brujos de la Boca del Monte. Pero sabremos pedir rendición de cuentas en su debido momento. El tiempo de la luna de miel está durando poco, sobre todo, porque ahora la Corte de Constitucionalidad (CC) tiene en sus manos los amparos de los golpistas que quieren volver a repetir las elecciones en el Congreso. A pesar de que muchos abogados han descrito y argumentado la ilegalidad de esta medida, sabemos que esto sigue sin ser un asunto jurídico, porque siempre ha sido político. Otra vez el lawfare. En el fondo debería ser un cuestión de legalidad, de ética y de compromiso con la historia, pero quizás sea mucho pedirle a los magistrados de la actual CC.

En medio de la amenaza golpista que sigue queriéndonos hasta robar nuestra alegría, y en el marco de la fuerte ola neo fascista que se cierne sobre el mundo, lo que sucedió en Guatemala fue una clase magistral de democracia para el mundo: más de dos millones de mujeres y hombres votamos por un cambio que no creíamos posible; los pueblos originarios pusieron el cuerpo durante 106 días para impedir el golpe; la cooperación internacional articuló una agenda común frente a los abusos e ilegalidades del pacto de corruptos; y la ciudadanía acompañó este capítulo hermoso y cardiaco hasta el final. Dichosa de atestiguar este momento.

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.