CON NOMBRE PROPIO

Retirar apoyo a Filgua, un mensaje

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Bochornoso ha sido lo sucedido con el primer presupuesto presentado por nuestro nuevo gobierno. Cien sesiones para que distintos sectores disertaran sobre el proyecto en el Congreso para terminar con un debate escondido, opaco e imponiendo mayorías que, con la sombra de la corrupción, logran rechazo popular.

' Para el 2021, el Gobierno dispuso cero recursos para apoyo a Filgua, y da un mensaje claro.

Alejandro Balsells Conde

Un gobierno pone el dinero, como es lógico en sus áreas de interés. Los recursos para invertir fueron destinados en primer término al Ministerio de Comunicaciones, como sabemos que nuestra infraestructura es pésima y cualquier debate en contra sería circular o estéril, resaltemos que hace unas semanas el Director General de Caminos en el Congreso declaró desconocer dónde estaban 135 millones de quetzales, tuvo que salir el Ministro de Finanzas para aclarar que el funcionario no dijo lo que dijo, pero lo más grave fue oír al propio Ministro de Comunicaciones quien sigue en el puesto porque, siendo diputado, debe favores para mantener la mayoría en legislativa. El mensaje de corrupción no puede ser mayor y si a esto le sumamos que la narco organización de la UCN hace cogobierno el panorama es más complejo.

Dicho lo anterior, el dinero destinado al Ministerio de Cultura y Deportes no llega al 1% del presupuesto nacional. Los últimos gobiernos no han tenido agenda cultural; de hecho, el Partido Patriota, como todo lo que tocó, usó a al Ministerio también como otra de sus cajas chicas, y en el gobierno de Jimmy Morales se ahondó la ausencia. Sin embargo, la actividad más importante que tradicionalmente se ha apoyado es la Feria Internacional del Libro de Guatemala (Filgua) que en estos momentos se realiza de forma virtual. La Filgua es un espacio abierto de debate donde los escritores, editores, libreros y lectores podemos intercambiar opiniones, ideas y espacios. En un país como el nuestro incentivar este tipo de actividades debería servir como punto de unión y sobre todo de alianzas estratégicas para conseguir buscar nuestra razón.

Mario Vargas Llosa escribió hace unos años “La Civilización del Espectáculo” una serie de ensayos en donde narra cómo la esencia de la cultura se ha ido obviando para adoptar al espectáculo, la simple entretención como su sustituto, es oportuno citar al Nobel cuando trata la relación entre cultura y poder: “La cultura no depende de la política, no debería en todo caso, aunque ello es inevitable en las dictaduras, sobre todo las ideológica o religiosas, en las que el régimen se siente autorizado a dictar normas y establecer cánones dentro de los cuales debe desenvolverse la vida cultural, bajo una vigilancia del Estado empeñado en que ella no se aparte de la ortodoxia que sirve de sostén a quienes gobiernan… En una sociedad abierta, aunque mantenga su independencia de la vida oficial, es inevitable y necesario que la cultura y la política tengan una relación de intercambios. No solo porque el Estado, sin recortar la libertad de creación y de crítica, debe apoyar y propiciar actividades culturales –en la preservación y promoción del patrimonio cultural ante todo- sino también porque la cultura debe ejercitar una influencia sobre la vida política, sometiéndola a una continua evaluación crítica e inculcándole valores y forma que le impidan degradarse”.

Para el 2021, el Gobierno dispuso cero recursos para apoyo a Filgua y da un mensaje claro, pero también la Cámara de Industria mantiene un pleito con los editores nacionales por ella, se argumentan derechos marcarios, aunque en el fondo es evidente está el deseo por tutelarla. Una sociedad abierta no puede conseguirse en este contexto, la Filgua trascendió un interés comercial para concebirla como un esfuerzo genuino para hacer lograr puntos libres de encuentro quizás por iluso, pero aún tengo fe en ello.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.