ESCENARIO DE VIDA

Sale a luz la impunidad por la cacería furtiva en el Petén

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Paco Asturias es el nombre de un gran ambientalista a quien admiro por su entrega, por su coraje y por su dedicación a la causa ambiental. Es controversial para algunos y muy duro en su actuar para otros, pero lo que admiro de él es su pasión por la conservación de nuestros recursos naturales. Siendo director para Petén regional de Fundaeco, no está solo. Tiene un buen equipo de guardaparques entregados en alma y corazón y, por supuesto, el equipo administrativo de Fundaeco Petén que le apoya y lo respeta.

' No se asombren de que un día veamos muchas más especies extintas culpa de no cumplir con la ley de cacería.

Vida Amor de Paz

Paco no es improvisado. Ha visitado y trabajado en parques como Sierra El Divisor en la Amazonía peruana, Katíos de Colombia, Darién en Panamá, La Amistad entre Panamá y Costa Rica, y la isla de Coiba en Panamá, entre otros. En Estados Unidos recibió dos cursos a nivel mundial y, gracias a ello, Paco afirma que, hoy por hoy, Guatemala tiene uno de los mejores parques nacionales en Latinoamérica, con El Mirador Río Azul y Biotopo 2 Lagunas.

Sin embargo, el viernes 28 de julio, un grupo interinstitucional de patrullaje, compuesto por Fundaeco, Diprona, Cecón y Conap, se dirigía al Biotopo Dos Lagunas y al Parque Mirador-Río Azul, viniendo de Uaxactún, cuando lograron interceptar a un grupo de cazadores que forman parte de una red de cacería ilegal comercial. Paco me relató que les decomisaron 48 libras de carne de jabalí y tepescuintle, además de una escopeta y una moto, y se dieron a la fuga. Al día siguiente, se aparecieron por Uaxactún detrás de los matorrales agrediendo a disparos a dos de los guardarrecursos, ya sea para amedrentarlos o matarlos.

Ellos cazan faisanes, jabalíes, pecarís, venados, pajuiles y otros animales de la selva para vender su carne. Según Paco, no es cacería de subsistencia, que significa quien caza para dar de comer a su familia. Los restaurantes del área son copartícipes al comprarles dicha carne, y los clientes también, por consumirlos.

Lo más triste es que, para divertirse, hay cazadores que se visten como “Rambos”, disparando a todo lo que se mueve, y hasta les disparan a las mismas aves que los turistas internacionales están apreciando con sus binoculares. ¡Qué vergüenza! Pronto ya no vendrán más turistas y lamentaremos quedarnos sin divisas. Estos sujetos están poniendo en riesgo la existencia misma de muchas especies amenazadas.

Maco Cerezo, director general de Fundaeco, reitera que estos cazadores son culpables por portación de armas ilegales, por no contar con una licencia autorizada de cacería y por no poseer la tenencia de armas. Por último, por cazar sin respetar el calendario cinegético. Por ejemplo, no se debe cazar a estos animales inocentes en época reproductiva y durante sus viajes migratorios. Ustedes se preguntarán ¿por qué estos delitos quedan impunes? Sencillamente porque amenazan y amedrentan a quienes los denuncian.

La Asociación Nacional de Organizaciones No Gubernamentales y Medio Ambiente (Asorema) hizo un llamado a las instituciones públicas encargadas de velar por el cumplimiento de la ley, que se investigue y sean presentados ante la justicia a los responsables de estos casos e instan a la comunidad nacional e internacional y agencias de cooperación para que apoyen la defensa de los derechos humanos de los compañeros guardaparques.

Ya no actuemos como en tiempos de los cavernícolas, sino que seamos respetuosos de las leyes. Por lo tanto, Asorema hace un llamado de urgencia para que el Conap, la Fiscalía de Ambiente del MP, la Diprona y los jueces de delitos contra el ambiente sumen sus esfuerzos para detener la cacería ilegal e irresponsable que por fin ha salido a luz.

ESCRITO POR:

Vida Amor de Paz

Presidenta de la Fundación del Bosque Tropical. Directora general de Planeta Verde Televisión. Presentadora de Los secretos mejor guardados, de Guatevisión. Recorre el mundo filmando en cinco continentes. Es graduada de la Universidad Panamericana, en Periodismo.