CON OTRA MIRADA

Salud, gobernabilidad y solidaridad con Román Carlos

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Tanto las pestes que asolaron Europa durante la Edad Media como las enfermedades comunes portadas por los colonizadores de este amplio territorio denominado Nuevo Mundo, diezmaron su población. De la misma manera, el covid-19 se enseñoreó del planeta, trayendo a la memoria al jinete del caballo bayo del Apocalipsis: La Muerte.

Esa tradición mitológica, reflejo de la psique humana, recoge conocimientos e información relacionada con dioses, héroes o monstruos representantes de los miedos y deseos del hombre en cuanto al origen del mundo, normas sociales y límites de la ley; así como el sentido de la vida y la muerte desde su inicio como especie. Con eso, el hombre lucubró sobre lo bueno y lo malo, la vergüenza, el poder, lo inmoral, la corrupción y en última instancia, la salvación o condenación de su alma. Esos miedos quedaron reflejados en los cuatro jinetes de los que nos habla el Apocalipsis: el Hambre (caballo negro), la Guerra, (caballo rojo), la Muerte (caballo bayo) y la Esperanza (caballo blanco).
Miedos y deseos que siguen vigentes en el siglo XXI, cuando poco o nada ha cambiado, como no sean los avances científicos, la tecnología y, con esta, las comunicaciones que permiten conocer lo que sucede en nuestras antípodas en el momento que se da. Esos avances no implican necesariamente que la educación, salud, vivienda y transporte estén al alcance de todos, aun cuando sean derechos y servicios garantizados en la Constitución Política. De ahí que una cosa sea tener acceso a la información y otra muy distinta es saber qué hacer con ella.

' Impusieron un presidente cuya misión fue desmantelar el esfuerzo, aupado por el Pacto de Corruptos.

José María Magaña

Por ejemplo, los poderes del Estado están copados por la corrupción, al punto de que en nuestra historia reciente debió crearse una comisión internacional para identificar y combatir los cuerpos clandestinos e ilegales incrustados en el Estado. Al hacerlo, puso en evidencia su nivel de podredumbre, por lo que, en su defensa, impusieron un presidente cuya misión fue desmantelar el esfuerzo, aupado por el denominado Pacto de Corruptos, que hasta ahora sigue a cargo.

Entre los renglones más notorios están el innecesario aumento de la burocracia y sus leoninos pactos colectivos, la contratación de obra física, compras y contrataciones, cuyos montos son determinados por las “mordidas”, no por su valor.

El ejemplo más notorio lo puso sobre la mesa, algunos meses atrás, el ciudadano Gert Rosenthal, quien contrastó el valor de un medicamento que debió comprar mientras andaba de viaje en París, con su alto precio en Guatemala.

Esa experiencia permitió al doctor Román Carlos, días más tarde, denunciar, con conocimiento de causa, lo que pasa con el suministro de medicinas en nuestro país, asunto que abarca el ámbito de la Salud Pública, cuya adquisición es víctima de la corrupción en el más amplio sentido del término y de las instancias que la administración impone para su selección y adjudicación, que finalmente se refleja en su venta al público a precios inaccesibles para la mayoría. Su denuncia provocó amenazas en los medios de comunicación, actitud que generó el inmediato apoyo de vecinos, amigos, grupos cívicos organizados y Colegio de Médicos y Cirujanos con el hashtag #Yo también Soy Román Carlos.

Esto último estimuló a los arquitectos integrantes de la Mesa Técnica de Urbanismo del Colegio de Arquitectos de Guatemala a pronunciarse, primero elevando su propuesta a nuestra Junta Directiva, solicitando manifestarse públicamente, sugiriendo elevarla a la Asamblea de Presidentes de los Colegios Profesionales.
Por lo pronto, lo hacemos así: #Arquitectos Mesa de Urbanismo También Somos Román Carlos.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.