MIRAMUNDO

Ser universitario no es delito

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La UCA, la Universidad Centroamericana es la primera universidad privada fundada en Centro América el 23 de julio de 1960, un poco después en 1961 se fundó la segunda, la Universidad Rafael Landívar en Guatemala y en 1965 se constituyó la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en El Salvador, las tres confiadas y dirigidas por jesuitas.

' Todo aquel Estado al contar con una Constitución busca la racionalidad de quienes, por un tiempo corto, gobiernan.

Alejandro Balsells Conde

Las tres universidades comparten objetivos porque si bien son privadas, proyectan esfuerzos por garantizar su verdadera autonomía, ahora la UCA nicaragüense está siendo cercada por el gobierno quien intenta, por todos los medios con jueces mediocres, serviles y traidores, cerrar sus operaciones tras embargar bienes y cuentas bancarias luego de ordenar persecución contra docentes y estudiantes.

Daniel Ortega y Rosario Murillo la pareja histérica, esotérica y bastante perturbada con el poder, con su constitución bajo el brazo como fiel pieza de ornamento entendió dos amenazas muy grandes propias de cualquier régimen dictatorial: la educación y la organización.

La esencia de las funciones universitarias son tres, docencia, investigación y proyección social; las tres disgustan a quienes mantienen un poder con el cimiento de la irracionalidad y el abuso, porque la educación genera, sobre todo cuestionamiento y libertad.

Negar la necesidad de cambios estructurales en los países centroamericanos es comulgar con la ceguera y el egoísmo, de allí cómo el propio Ignacio Ellacuría, mártir e ideólogo de la educación jesuita centroamericana insistía: “Si, efectivamente, la universidad busca últimamente la transformación de la realidad nacional y la realidad nacional es formalmente de índole estructural, quien no busque directamente la acción sobre las estructuras no encontrará la realidad”, pero esa búsqueda cuando el poder se sostiene por la violencia, por concepto, es su enemiga. El verdadero universitario busca siempre la razón y esa búsqueda jamás acaba.

Si bien el cobarde esfuerzo del gobierno nicaragüense debe ser condenado por quienes de alguna forma estamos vinculados con las tres universidades mencionadas, trasciende a este conjunto y debe ser reprendido por todos, la persecución a la búsqueda de la libertad por el conocimiento conduce a un atraso colectivo, pero sobre todo ese virus es infeccioso y se propaga rápido a otros gobiernos sedientos del poder sin límites y en búsqueda del usufructo eterno de la función pública para hincharse de poder y dinero.

Todo aquel Estado al contar con una Constitución busca la racionalidad de quienes, por un tiempo corto, gobiernan. La Universidad es el medio creado para encontrar derroteros de razón, sin embargo, ello solo es factible cuando el quehacer universitario es garantizado. Las constituciones centroamericanas legitiman en sus textos la función universitaria, pero vemos en nuestro país, por citar otro caso, cómo la Universidad de San Carlos está en la peor crisis de su existencia al condenar a miles de muchachos a una deficiente formación y estar literalmente cerrada y medio atendiendo sus funciones con clases digitales por más de un año y medio después de que todos los demás centros de estudio retornaron a su actividad normal.

El caso nicaragüense es emblemático, porque el gobierno no solo persigue a la Universidad confiada a la Compañía de Jesús sino también a la iglesia católica y para ello hasta propugna la llegada de predicadores a sueldo con el objeto de minar el verdadero mensaje teológico cristiano que no puede descansar en nada más que en seres humanos libres, pero la realidad pinolera como se dijo es contagiosa y también por nuestra propia supervivencia vemos como algunas universidades guatemaltecas se acomodan a los antojos del poder para olvidar sus principales obligaciones, convirtiéndose en verdaderos negocios con objetivos lucrativos y no más, lo cual es una pena porque ser universitario no es ningún delito.

ESCRITO POR:

Alejandro Balsells Conde

Abogado y notario, egresado de la Universidad Rafael Landívar y catedrático de Derecho Constitucional en dicha casa de estudios. Ha sido consultor de entidades nacionales e internacionales, y ejerce el derecho.