DESDE GINEBRA
Tendencias y desafíos en la economía global
Como consecuencia de la pandemia, varios países han perdido presencia en los mercados internacionales. El incremento en el coste del transporte de mercancías y las limitaciones de movilidad entre fronteras les ha restado capacidad de recuperación a las pequeñas economías en desarrollo.
En la reciente reunión de la Junta de Comercio y Desarrollo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), se presentó el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2023, de cómo prepararse para el futuro frente a las perturbaciones sistémicas, sobre las tendencias y desafíos actuales en la economía global.
Desde que se publicó el Informe, el año pasado, sobre el crecimiento mundial, la economía mundial se ha ralentizado en un contexto de desaceleración de los precios. Los patrones de recuperación en las distintas regiones han variado considerablemente.
En su introducción, el documento hace referencia a la economía mundial que está volando a velocidad de pérdida, con un crecimiento proyectado en 2023 del 2.4 por ciento, cumpliendo con los criterios convencionales para una recesión mundial. Toda la economía mundial, excepto Asia Oriental y Central, se ha desacelerado desde 2022, afirma el documento. Pero alerta de que, si bien hay un rayo de esperanza en el horizonte, las celebraciones de éxito serían inapropiadas.
El panorama económico mundial actual se caracteriza por las crecientes desigualdades y la divergencia de las trayectorias de crecimiento entre regiones clave. Las perspectivas para 2024 apuntan a una modesta mejora del crecimiento (2.5%), supeditada a la recuperación de la zona del euro y a que se eviten perturbaciones adversas por parte de otras economías líderes.
Si no se adoptan medidas decisivas, la fragilidad de la economía mundial y una serie de perturbaciones diversas corren el riesgo de convertirse en crisis sistémicas, por lo que los responsables de la formulación de políticas deben sortear estos desafíos en múltiples frentes para trazar una trayectoria más sólida y resiliente para el futuro.
' Si bien hay un rayo de esperanza en el horizonte, las celebraciones de éxito serían inapropiadas.
Eduardo Sperisen-Yurt
El informe afirma que, para evitar las posibles crisis del mañana, se insta a adoptar una combinación de políticas que dé prioridad a la reducción de las desigualdades y a la consecución de un crecimiento y un desarrollo sostenibles e impulsados por la inversión.
Entre las recomendaciones también dice que se deben permitir aumentos concertados de los salarios reales y asumir compromisos concretos en favor de una protección social integral, y que es preciso promover activamente la inversión en el proceso de transición energética en los países en desarrollo, haciendo que la tecnología y la financiación estén disponibles y sean asequibles, por lo que requiere una cooperación multilateral más estrecha y acuerdos apropiados en la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El análisis muestra que en 2023 están surgiendo tendencias preocupantes de recuperación divergentes en el contexto de un crecimiento más lento en las principales regiones y la profundización de las desigualdades en los ingresos y la riqueza, además de las crecientes presiones del endeudamiento y la disminución de la autonomía política en las economías en desarrollo.
En resumen, estos factores se basan en una interacción cada vez más compleja entre los riesgos económicos, climáticos y geopolíticos. Las crecientes desigualdades dentro de los países son una fuente de debilidad de la demanda mundial y siguen frenando la inversión y el crecimiento.
La divergencia de las tendencias de bajo crecimiento entre regiones clave, indica el documento, que no existe una fuerza motriz clara para impulsar la economía mundial hacia una senda de recuperación sólida y sostenible.