SI ME PERMITE

Terminemos este año con mínimo de pendientes

|

“Mientras estamos posponiendo las cosas, la vida se da prisa”. Séneca

Es sorprendente cómo el ser humano, en su gran mayoría, tiene la costumbre de dejar las cosas para después, algunas veces con el pensamiento de posponerlo para cuando se presente una mejor oportunidad. No podemos negar que por enfrentar las cosas con esta mentalidad se ha perdido, porque esas mejores oportunidades nunca se presentaron. Por lo mismo, otros se han aprovechado y ganado porque tuvieron el empuje de aceptar el reto que tenían frente a ellos.

' Mientras esperamos un mejor momento para iniciar el proyecto, el tiempo no nos espera, sino sigue.

Samuel Berberián

Seguramente será sano si podemos proponernos hacer las cosas sin tener que posponerlas. Es evidente que el saber planificar con tiempo es un arte y gratifica para que podamos avanzar a las metas que nos hemos trazado, pero también podemos decir que el hábito de posponer puede ser un defecto que habrá de superarse cuanto antes para evitarnos frustraciones y lamentos porque otros ocuparon nuestro espacio cuando nosotros estábamos haciendo cálculos y evaluando alternativas.

Las oportunidades que la vida ofrece a cada uno de nosotros son para todos, pero los que aprovechan son los que están alerta y se mantienen activos. A pesar de estar ocupados, tienen la vista en lo que les rodea para salir favorecidos porque aceptan lo que está disponible en su derredor.

Podemos fácilmente percibir cómo en algunos casos estamos frenados y sin duda no podemos avanzar porque hay asuntos pendientes que por no haber atendido en su tiempo ahora nos reclaman y nos exigen la debida atención para avanzar, y por esta práctica ya conocen cómo hacemos las cosas. Por ello, cuando alguien nos propone para alguna cosa, lo primero que dice es que nosotros posiblemente no lo terminaremos a tiempo porque siempre dejamos las cosas para después.

Cuanto antes podamos eliminar este perfil nos estaremos haciendo un gran favor a nosotros mismos y a los nuestros también.

El elemento primordial para no tener asuntos pendientes es la determinación que nosotros debemos tener y no esperar a que otros nos recuerden o exijan para que terminemos con lo que hemos empezado. Esto es algo que sería de prudentes cuando podemos hacer referencia a que antes no éramos así, que nos costaba terminar las cosas y tenerlas a tiempo, pero con una fuerza de voluntad y disciplina las cosas ahora no son así, y podemos ser puntuales y las cosas que hacemos las hacemos hasta alcanzar un final, para nuestra propia gratificación.

Esta será la mejor manera de ganarnos el respeto de los nuestros y el de todos aquellos con los que de alguna manera, directa o indirecta, nos relacionamos, para que nos puedan recomendar como aquella persona que lo que inicia lo lleva a feliz término y en el tiempo que lo había planificado.

Claro que esto no debe ser un perfil esclavizante, porque hay algunos momentos que no están bajo nuestro control, entonces en esos momentos habrá que disculparse, casos tales como en los que una enfermedad nos limita o bien cuando un material no se puede conseguir y por ello no podemos cumplir, y definitivamente se nos comprenderá y no habrá mayor problema.

En estos días, al faltarnos tan poco para terminar el año, podemos hacer el esfuerzo de no tener tantos pendientes al iniciar el año nuevo, en el cual podamos visualizar un panorama más despejado y productivo.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.