SI ME PERMITE
Tiempo para un inventario con propósito real
“A engañarnos en nuestros propósitos; a esto es a lo que estamos todos sujetos”. Voltaire
Estamos en el último mes del año y en estas fechas las personas usualmente toman el tiempo necesario para planificar lo que vendrá porque les ha pasado que durante el año se involucraron con muchas cosas que no eran parte de la rutina, claro que esto no está mal y en ocasiones es algo muy sano, pero debemos ser cuidadosos en la planificación para tener muchos logros que al final serán gratificantes.
' Mucho de nuestro progreso podrá ser posible si sabemos qué hemos logrado y cuánto podemos avanzar.
Samuel Berberián
Pero en medio de todas estas actividades sería sabio ir visualizando que estaremos iniciando un nuevo año y que esa responsabilidad individual que tenemos no sea tomada a la carrera el primer día del año. Sería prudente que todo lo que hacemos estos días sea a la luz de lo que hemos vivido todo el año y de alguna manera sea un tiempo de retrospección y momentos de aprendizaje para poder de ese modo mejorar en el próximo paso, que será el año que iniciamos.
De nada vale alimentarnos de las cosas que posiblemente no fueron del todo favorables y que el simple hecho de recordarlo puede que no sea lo más agradable, pero sí vale la pena si el recordarlo tiene una razón por la cual podemos reconocer que hemos tenido una experiencia que llegará a ser parte de una formación para que en las etapas próximas de la vida que viviremos seamos mucho más cuidadosos y así sacarle provecho.
No es extraño para muchos en este tiempo comenzar a percibir una nueva ronda a una vida que difícilmente tiene variantes y también a algo que ya se ha vivido, y cada año se repiten aparentemente las mismas realidades. Es doloroso admitir que uno, cuando tiende a repetir la misma vivencia, es mucho más dolorosa y frustrante porque el simple hecho de haber estado en esa vivencia deja un mal sabor. Por lo mismo, es asunto de la voluntad y la determinación individual no permitir que eso acontezca.
Muchas veces la planificación es mucho más favorable que la simple idea de probar cosas diferentes y terminar después de una forma desfavorable. Si planificamos, hay una base para analizar y corregir, porque hay un camino trazado y no solamente recorrido, sin negar con ello la probabilidad de que las cosas que no esperamos cambien el rumbo que hemos trazado, pero al menos tenemos una idea de por dónde debemos regresar.
Nuestra vida es prácticamente una serie de eslabones que van formando una cadena y la manera como esto puede entenderse es como que fueran capítulos de una extensa narrativa que, con todos sus altibajos y variantes, es algo que debemos entender y progresar.
La idea primordial es poder trazar alguna secuencia para que tengamos el sentir agradable de que estamos avanzando y estamos mucho más próximos a lo que hemos soñado por tanto tiempo. Y la realidad innegable de que no sabemos cuándo en cada uno de nosotros será el último eslabón, debemos por ello en nuestros planes no ser muy drásticos, porque la frustración es mucho mayor.
Seamos sabios en el modo de vivir, para poder despejar el horizonte, de modo que la evaluación de lo recorrido o el inventario que hacemos nos dé mayor claridad y firmeza, logrando una determinación para poder avanzar, sabiendo que por el pasado que hemos vivido podemos lograr nuestras metas y sobrepasarlas también. Esto nos permitirá alcanzar lo que tanto queremos, a pesar de lo que otros dicen y del medio en el que nos encontramos.