REGISTRO AKÁSICO

Todavía se puede caer más bajo

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La falta de seriedad se une a la inconsciencia empresarial en el juicio de una propuesta para vencer la depresión productiva mundial. No se trata de algo menor, como diferencias conceptuales u ocurrencias críticas banales. El Plan de Recuperación Económica del Gobierno es una propuesta peregrina, carente de metas y falto de seriedad.

' Derrama de afirmaciones incoherentes para organizar las acciones de recuperación económica.

Antonio Mosquera Aguilar

Aturde la inconsciencia de los proponentes. Se les hizo fácil a los planificadores utilizar unos ejes elementales: empleo, inversión y exportación, todo al alza. Para el empleo, un conjunto de cooperantes internacionales dotará equipos de protección para el trabajo seguro; además, proporcionará procedimientos digitales en 9 instituciones del Gobierno. Todo gratis.

Mejor, se facilitarán los préstamos para toda mipyme, ofreciendo capital semilla, inversionistas startup y seguro general para los productores agrícolas. Esto se realizará por un crédito de las Union International Corporation y U. S. International Development Finance Corporation, por US$2 mil millones. Se supone están dispuestas. Solo esperan la imprecación de ¡jule! para proceder. Mejor son las afirmaciones generales: se tecnificará la cadena de valor, reduciendo desperdicios, creando cadenas de frío, sendas agroindustrias ofrecen un producto final y por medio de un tour se conseguirá la demanda. Lo mismo para la inversión.

Más concreta es la propuesta de construir un aeropuerto de carga en Puerto San José y una central eléctrica. El papel aguanta con todo, incluso con aviones cargueros. Mejor todavía, reactivar el transporte ferroviario sin tener ninguna vía férrea ni ferrocarriles. Si no se ha reído todavía; se ampliará el aeropuerto La Aurora. ¿Dónde? Sobre la colonia Santa Fe, o la calzada Liberación, quizás. Cuando se viaja a Puerto Barrios, se observa la carencia de un sistema de calzadas de aproximación, para los camiones que utilizan los dos puertos; pero el plan pregona que se planificarán. Bien, todo solucionado. Imagínese al gobierno del país, promoviendo la deslocalización de fábricas en EUA. No vayan a México donde existe un TMEC sino a Guatemala. Y para la corrupción sistémica, la Ley Antitrámites, termina con las mordidas. Así, de fácil.

El pensamiento mágico tiene su expresión en el plan gubernamental. Si se reforma la Ley de Bancos, se consigue un incremento por encantamiento del monto financiero. Con la Ley de Insolvencias, los emprendedores aprenden a gestionar el riesgo. Con el reglamento del empleo parcial, mejorará la situación de los trabajadores. Aprendiendo inglés becado se consigue trabajo en el país.

Mejor todavía, sin números: edificación de centros de acopio de hortalizas y frutas, innovación de equipos agrícolas, almacenes de alimentos. No es broma: los almacenes serán de conservas en escabeche. El presidente Bukele hizo una caricatura para anunciar el funcionamiento de un futuro tren en su país. El plan no tiene ni siquiera una de Tik Tok; pero cuando se avance, será mejor a la película del vecino país. Aparte del tren, habrá un metrorriel, funiculares, montañas rusas y trenes magnéticos. El puerto de Champerico no estará azolvado e iniciará su funcionamiento inmediatamente.

¡Cuidado países de las islas del Caribe y México! Inguat convencerá a los hoteles de reubicarse aquí. Como es un plan urgente, el crecimiento del turismo se notará en medio de la pandemia. Todo está resuelto. Mientras tanto, el vocero de la Cámara de Comercio aplaude y cita la Biblia para aprobar el plan. La desfachatez en la presentación de una sarta de necedades sin sustento es proverbial en este gobierno.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.