CABLE A TIERRA

Tres años de pandemia y no se ha aprendido nada

El 30 de junio 2022 se cumplió el plazo que estableció la Organización Mundial de la Salud (OMS) para que todos los Estados del planeta alcanzaran la meta indicativa de tener al 70% de su población con al menos dos dosis de vacuna para la covid-19, y con eso contribuir todos a alcanzar la meta global que se ha definido como paso mínimo fundamental para detener la pandemia y reducir la probabilidad de nuevas mutaciones del virus. Desafortunadamente, dicha meta no se logró. A pesar del impresionante esfuerzo que ha significado vacunar a escala global, habiendo aplicado más de 12.2 mil millones de dosis de vacuna, se logró vacunar al 61.9% de la población total, unos 4,830 millones de personas. La meta mundial se quedó corta por 8 puntos, equivalentes aproximadamente a 630 millones de seres humanos.

Además, detrás de estos indicadores globales se esconden profundas disparidades entre continentes y países. Mientras la mayor parte de los países de Europa Occidental superan ampliamente el mínimo del 70% de su población vacunada, el continente africano presenta los más grandes con la vacunación de cerca de 1,300 millones de personas. Se estima que, al ritmo que va la vacunación en ese continente, la meta del 70% podría alcanzarse hasta en 2024. En el caso de Latinoamérica y el Caribe, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), 16 países y territorios de la región ya habían vacunado al 15 de junio al 70% de la población elegible; Colombia, Bermudas y El Salvador les seguían de cerca, con un 65%; mientras que 11 países aún no han alcanzado el 40% de cobertura, que era la meta a septiembre de 2021. Entre ellos está Guatemala, que al 30 de junio había logrado vacunar tan solo al 37.6% de la población con dos dosis de vacuna.

' Reprobados y sin interés en sacar la retrasada.

Karin Slowing

En los países más rezagados, las disparidades internas son las que más pesan en el avance de la vacunación. A finales de junio 2022, solo 38 municipios del país tenían coberturas de vacunación arriba del 50%. La población indígena mayor de 50 años es la que menos protegida está: 36.5% con una dosis, 29.6% con dos dosis y 15% con tres dosis.

Por grupos de edad, que era supuestamente el parámetro principal para reducir riesgo de mortalidad, también hay brechas por cubrir todavía. Un millón 50 mil personas de 50 años y más estaban todavía sin esquema completo. En el grupo de 70 años y más, que es el que tiene mayor riesgo de mortalidad, solo el 55% contaba con dos dosis y 35% tenía una tercera dosis. Esto, en tiempos en que la recomendación para tener mejor resistencia a ómicron es tener hasta una cuarta dosis de vacuna a partir de los 60 años. ¿Qué pasó entonces con el plan de vacunación? Ni en estos grupos de mayor riesgo, según el Plan Nacional de Vacunación, se logró la meta. Ni los adultos entre los 40 y 49 años, el grupo de edad más vacunado, alcanzaron el 70% de cobertura con esquema completo, solo de primera dosis.

Luego de no alcanzar la meta, ¿cuál es el plan de ahora en adelante? ¿Se conformará el Gobierno con sus mediocres resultados actuales? ¿Cómo se replanteará la vacunación covid-19 de ahora en adelante, cuando el país se ha quedado prácticamente sin vacuna y no quieren comprar, aduciendo absurdos argumentos de “soberanía”, cuando ya hay una ley que aprobó el Congreso, con la que se superó esa situación hace meses? ¿Va a seguir siendo la política el mendigar vacuna a los países que generosamente se apiadan del pueblo guatemalteco o que ven en esas donaciones la oportunidad de salir de su vacuna próxima a vencer? Se ha cometido otra gran injuria contra el pueblo al haber cedido los Q600 millones que eran justamente para comprar vacuna cuando todavía hace falta aún tanta cobertura.

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