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Un abismo de odio cada vez más profundo

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El ataque de Hamás hacia territorio israelí, hace un mes, se ha convertido en un estallido de una guerra en toda esa región, y está adquiriendo matices cada vez más trágicos a medida que pasa el tiempo. Las tensiones siguen aumentando, y cada vez más personas inocentes y vulnerables están pagando el precio más alto.

' La forma en que los medios de comunicación presentan el conflicto ha contribuido a moldear la percepción pública y exacerbar el odio.

Brenda Sanchinelli

El conflicto en Gaza ha sido una fuente de profunda división y controversia en todo el mundo, generando odio y resentimiento. Desde su inicio desató una oleada de emociones extremas que van desde el enojo hasta la desesperación, contribuyendo a la aversión y la animosidad entre diferentes grupos de personas.

Por un lado está la violencia ciega de la organización terrorista Hamás, cuyo único propósito es destruir a Israel y hacerlo desaparecer del mapa. Por otro está la respuesta de Israel al ataque, que para algunos es muy dura, pero para otros es legítima defensa. Sin olvidar a los rehenes, que incluyen ciudadanos americanos, europeos y de muchas otras partes del mundo.

De nuevo el tablero internacional vuelve a tambalearse con un conflicto armado, y nunca en tiempos modernos se habían visto en las calles de tantos y diversos países las multitudinarias protestas en contra de Israel o Palestina. Que además avivan el fuego del universo yihadista islámico, que está llamando a los musulmanes de todo el globo a reaccionar. Un mensaje de odio por todos lados. Olvidando que a cualquier ser humano, sin importar su nacionalidad, le duele el sufrimiento de niños inocentes, verdaderas víctimas de esta guerra.

Para comprender el odio relacionado con el conflicto de Gaza es esencial considerar sus antecedentes históricos, que vienen desde más de siete décadas de disputas territoriales, reclamaciones religiosas sobre Jerusalén, cuestiones políticas y la falta de un acuerdo de paz duradero, que se remontan a la creación del Estado de Israel en 1948. Estas profundas raíces han creado una atmósfera cargada de tensiones en la región.

El conflicto de Gaza también ha desencadenado reacciones intensas a nivel internacional. Diferentes países, organizaciones y movimientos han adoptado posiciones divergentes, lo que ha llevado a un mayor grado de polarización. En el contexto regional, la Unión Europea ha fijado una posición a favor de Israel, y aunque es importante sigue siendo secundaria en relación a la de Estados Unidos, que siempre ha tenido una postura claramente proisraelí, confirmada ya por el presidente Joe Biden.

Por lo tanto, el principal interés de los Estados Unidos y de la Unión Europea es evitar una escalada del conflicto. Si la guerra se extendiera, los efectos indirectos podrían afectar a Líbano, Siria, y sería inevitable la participación de Irán, el principal aliado de Rusia en la zona.

La forma en que los medios de comunicación y la propaganda presentan el conflicto también ha contribuido a moldear la percepción pública y exacerbar el odio, con consecuencias devastadoras. La polarización y la violencia ha dificultado cualquier esfuerzo por encontrar una solución pacífica. La falta de diálogo constructivo y empatía mutua obstaculiza la reconciliación y perpetúa el ciclo de odio y venganza.

Y para terminar de agravar la situación, la poca sabiduría en el discurso del secretario general de la ONU, que hirió profundamente la sensibilidad de los israelíes, generando aún más discordia entre las partes involucradas. Estamos en un pantano del que solo podríamos salir abriendo nuevas perspectivas de diálogo y de paz, nuevos caminos de comprensión recíproca, nuevas estrategias de encuentro. De lo contrario será un abismo de odio cada vez más profundo.

ESCRITO POR:

Brenda Sanchinelli

MSc. en Relaciones Internacionales e Imagen Pública. Periodista, experta en Etiqueta. Dama de la Estrella de Italia. Foodie, apasionada por la buena mesa, compartiendo mis experiencias en las redes.