REGISTRO AKÁSICO
Un escándalo tapa a otro escándalo
La convicción se alcanza, si se fundamenta una acusación. Una declaración acompañada de documentos y consistencia con hechos conexos es necesaria. Se está a la espera de las pruebas para decidir sobre la corrupción en Venezuela, donde se involucran altos dirigentes gubernamentales, con asociados tanto en Colombia, España y los mismos EUA. Exponer públicamente los hechos delictivos, produce una ciudadanía prudente e ilustrada.
' Las habladurías y envidia de las comparsas de pandillas tramposas buscan esconder lo innegable.
Antonio Mosquera Aguilar
En EUA se busca esclarecer una conspiración decidida en acuerdo estatal secreto, para el trasiego de drogas. Aparte, en España se desea exponer el financiamiento oculto, en cantidades considerables, a líderes opositores súbitamente empoderados por el manejo de subvenciones de PDVSA. Por su lado, Colombia desea apresar a quienes crearon un monopolio ilegal en la exportación.
Dos personajes son claves en ese asunto. El colombiano, Alex Nain Saab Morán, un comerciante apresado el año pasado, en Cabo Verde. Se le imputa haber conseguido alrededor de US$135 millones, al monopolizar el comercio entre Colombia y Venezuela. Se impidió la libre exportación salvo la de Saab, con controles y permisos excesivos por funcionarios venezolanos. También adquirió US$685 millones, con el abastecimiento de materiales para la misión vivienda de casas prefabricadas. Obtuvo otros US$340 millones con las cajas CLAP de alimentos gratuitos generadora de una base clientelar. Así mismo, ayudó a blanquear €548 millones en transferencias entre Panamá, Hong Kong, Emiratos Árabes Unidos, México y Turquía, justificados con la compra de los víveres. Italia incautó en bienes y efectivo, €6 millones, a familiares del indiciado. El 11 de septiembre de 2018, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones venezolana prohibió cualquier noticia o reportaje sobre los negocios de Saab, para encubrir el pillaje. La fiscalía de Miami solicita la extradición del hombre de negocios sucios, por blanqueo de capitales. El asunto salpica a su abogado español Baltazar Garzón y a su novia, la fiscal general Dolores Delgado, con un monto comprobado de más de €40 millones, fuera de los honorarios de defensa en Cabo Verde.
El general Hugo Armando, el pollo, Carvajal Barrios tenía la confianza del fallecido Hugo Chávez, pero se peleó con Nicolás Maduro. Se le acusa de participar en la organización de una red de trasiego de drogas hacia EUA, como operación secreta del Estado venezolano con traficantes colombianos. En 2014, fue aprendido en Aruba, pero liberado por ser el cónsul de Venezuela. En 2019, se le capturó en España, pero misteriosamente se fugó, mientras llovían acusaciones contra el exembajador español en Venezuela Raúl Morodo y su esposa poseedora de una fortuna inexplicable en Andorra. Se sumó el asesinato del directivo de PDVSA, Juan Carlos Márquez Cabrera, presentado como suicidio. Se sospecha el financiamiento de jueces y fiscales, así como de la izquierdista Unidas Podemos. Cuando era el encargado de contrainteligencia, se ha documentado el pago de €30 millones, solo a un líder, con fondos de PDVSA. Fue recapturado el 9 de septiembre pasado y pide no ser extraditado a EUA, a cambio de revelar los desembolsos hechos en España.
El dinero sucio se escabulle como serpiente, para comprar conciencias. El escándalo sobre pandora papers, hecho por el periódico español El País, genera sospechas. Siempre en el escándalo medra la perversión y algunas veces, la complicidad. Simplemente exponer a personeros de empresas fuera de la plaza, off shore, como si fuera delito, es totalmente manipulador y quien lo amplifica, si no cobra, es un pobre incauto.