CON NOMBRE PROPIO
Un poco sobre los “Metemiedos”
En nuestro país ha privado la necesidad de algunos por intentar meter miedo en todo debate político. Combatir al liberalismo ateo encarnado en Mariano Gálvez fue fundamental para Rafael Carrera y los conservadores. Castillo Armas, por su parte, aprovechó los miedos de la jerarquía católica y el apoyo del arzobispo Rossell y Arellano para traerse al Señor de Esquipulas y “combatir las afrentas a la fe” por parte de los gobiernos revolucionarios, consiguiéndose un apoyo importante para el movimiento de 1954.
El Estado y las iglesias tienen una relación difícil de separar, pero solo si existe un efectivo deslinde el Estado puede garantizar la libertad individual, porque nuestra primera libertad es la de pensar y luego la de expresarnos.
En el reverso de los billetes de 5 quetzales se rinde homenaje a una de las conquistas de la Revolución Liberal de 1871, una educación primaria pública, gratuita, laica y obligatoria. Nuestra Constitución establece que los fines de la educación son el desarrollo integral de la persona humana, el conocimiento de la realidad, de la cultura universal y nacional; la educación científica, tecnológica y humanística constituyen objetivos para ampliarse y orientarse. Esto debe cumplirse, porque es un mandato.
' La forma más fácil de engañar es por el miedo. Este evita el debate, mina el análisis.
Alejandro Balsells Conde
La forma más fácil de engañar es por el miedo, el miedo evita el debate, mina el análisis y evade la búsqueda de la verdad porque se intenta imponer la verdad propia como única. En lo electoral abunda el miedo. Por ejemplo, en 1982 gobernaba Romeo Lucas y las masacres en el área rural eran practicadas sin que la prensa pudiera informar de ellas, la violencia selectiva urbana se cometía en carros oficiales y el cierre de espacios de participación eran evidentes; sin embargo, en marzo de ese año se celebraron elecciones y compitieron tres civiles contra un militar (el candidato oficial), terminábamos la primaria cuando se escuchaba en corredores colegiales que Alejandro Maldonado Aguirre, candidato de la Democracia Cristiana y del Partido Nacional Renovador (surgido de una escisión del MLN), era “comunista” y que la propia Democracia Cristiana era “atea”. Con ello se pretendía tachar su posibilidad de triunfo.
El miedo a gobernar radicaliza las ideas políticas y las radicaliza porque pretende vender al contrincante como quien atenta contra Dios, aunque se traiga mochila llena de violaciones a los derechos humanos o corrupción. En época electoral cuidémonos de los “metemiedos” porque buscan salir en el retrato con algún susto para captar adeptos. Una sociedad como la nuestra, tan acostumbrada a ser lastimada en sus derechos, es fácil víctima de los engaños, y engañar con la fe es eficiente.
Los candidatos a todos los cargos deberían responder una pregunta clara: ¿qué entiende usted por Estado laico? Nuestra libertad, en buena medida, depende del concepto que tengan. Judíos, musulmanes, católicos, evangélicos (en todas sus denominaciones), budistas, taoístas, agnósticos, ateos y, en fin, todos, debemos vivir en el país y en paz. Para lograr esto, el respeto a la libertad religiosa empieza desde las cúpulas de poder.
En lo personal, hoy miércoles intentaré visitar al Padre Eterno en San Sebastián, pero esta es decisión propia, y no ocupo cargos públicos y si no obligo ni a mis hijos a esta tradición, ¿a cuenta de qué debemos aguantar sermones religiosos de quienes compiten por un cargo político que en esencia es temporal?
En la búsqueda de la libertad religiosa los masones jugaron un papel fundamental en el nacimiento de las nuevas repúblicas en este lado del Atlántico, hoy corresponde a los ciudadanos comunes