ALEPH
Una joven científica
Hace poco leí en un medio de comunicación breves historias sobre ilustres guatemaltecas y guatemaltecos que han contribuido en los campos de la ciencia, la medicina y la tecnología en el mundo. Me pareció que faltaba una joven que ha trazado ya un largo e importante camino en el ámbito de la ciencia: Andrea Celeste del Valle. Comienzo por decir que hace aproximadamente 11 años ella me contactó por primera vez a través de la dirección que sale en mis artículos de prensa, y también por otros escritos, y desde entonces, con alguna regularidad, hemos mantenido la comunicación entre nosotras.
' El siglo XXI es el siglo de las mujeres, y Andrea ha dado pasos gigantes para Guatemala y el mundo.
Carolina Escobar Sarti
Andrea se formó en el Colegio Belga, y luego de pasar unos meses en la Universidad de San Carlos después de graduarse, estudió en Taiwán durante una década. Allá logró construir un sistema capaz de matar a las células cancerígenas, y también escribió su primera propuesta de investigación, una terapia combinada en donde usó terapia antiangiogénesis y quimioteparia para curar y eliminar el cáncer. Fue la primera estudiante internacional que aplicó desde la licenciatura para estudiar un doctorado y fue aceptada. Cada año, solo un estudiante podía aplicar. Normalmente se necesitaban 128 créditos para graduarse en la licenciatura, y ella no solo llegó a los 128, sino que terminó sus estudios con 180, aproximadamente. Hay una entrevista que le hicieron en Taiwán https://www.facebook.com/1649408381943404/videos/379238412890411/, donde ella misma amplía más la información que yo proporciono acá.
Cuando Andrea terminó sus investigaciones, me escribió una carta diciendo lo siguiente: “Ya he terminado mis investigaciones sobre el cáncer. Actualmente me encuentro en la fase final de la carrera. Empecé una investigación de tratamiento de infecciones (bacterianas) crónicas, pues, en mi opinión, en unos 20 años la mortalidad por causa del cáncer será mínima, pero lo que nos matará serán las bacterias. Mucho más tranquila y con tiempo para hacer muchos proyectos personales que no había hecho por falta de tiempo. He estado trabajando en un blog propio para compartir historias y experimentos para niños, y así ellos puedan experimentar de la ciencia en una forma más dinámica, especialmente en español, en donde no hay tanto contenido online como el que existe en inglés”.
Y continúa: “Aunque aún me encuentro en la fase más difícil que es la de diseñar el esquema. También estoy aprendiendo japonés y practicando francés. He publicado muchos artículos en estos últimos años, creo que como 6 en total y un capítulo de un libro, espero publicar otros 3 más en estos meses. En cierto modo puedo llamarme experta en nanomedicina para tratamiento de multidrug resistant cancer, aunque reconozco que aún me falta mucho por aprender. Estudié en Stanford un certificado profesional sobre genética y genoma. Programa que me llevó a trabajar horas extra en un colegio Americano enseñando ciencia a niños y clases avanzadas de Biología, y así poder pagar la matrícula de Stanford. Pienso el próximo año trabajar en un postdoctorado en Australia y una maestría en salud pública online del imperial college of London. Mi sueño es abrir una empresa biotecnológica en Australia para tratamiento y detección del cáncer. Luego con las ganancias pienso invertir en Guatemala en una cadena de hospitales en todo el país, para brindar salud digna a los guatemaltecos”.
En Guatemala apenas si se favorece la investigación, hecho que marca la diferencia entre las sociedades que avanzan y las que se estancan. Por ello me da esperanza leer a la doctora del Valle, sobre todo sabiendo lo que aún hoy significa obtener un doctorado para una mujer guatemalteca. Aterrizar los conocimientos académicos y científicos en la realidad de países como el nuestro es un desafío gigantesco. Pero el siglo XXI es el siglo de las mujeres, y Andrea ha dado pasos gigantes, no solo para Guatemala, sino para el mundo.