PUNTO DE ENCUENTRO

Una pregunta para el vicepresidente

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La comunidad de Laguna Larga (LL) fue desalojada el 2 de junio de 2017 por un contingente de más de 1,200 soldados y policías. Sus humildes viviendas, pertenencias, animales de corral y sus cosechas fueron destruidas. Desde entonces, las 111 familias de Laguna Larga han sufrido todo tipo de calamidades. Las mujeres, las niñas y los niños son los más afectados.

' Le pregunto, don Jafeth, si lo suyo fue una confusión o un engaño.

Marielos Monzón

Hace 26 meses (780 días) que están ubicados en la línea fronteriza entre Guatemala y México, a la intemperie, en champas improvisadas. No tienen agua potable ni drenajes. Las plagas de mosquitos y roedores les han invadido y su salud se ha deteriorado de tal manera que van ya ocho personas fallecidas. Hace poco hubo una epidemia de varicela y ahora se registran decenas de casos de desnutrición, diarrea crónica, infecciones respiratorias y erupciones en la piel.

La comunidad de LL, desplazada forzosamente, está viviendo una crisis humanitaria y el gobierno guatemalteco no ha movido un dedo para ayudarles. Son los servicios de salud mexicanos los que han destinado personal y recursos para atenderles.

A pesar de las condiciones deplorables y de la desesperación que significa el hacinamiento —más de 450 personas comparten un pequeño espacio lleno de lodo y de aguas negras—, la comunidad aceptó un proceso de diálogo con el gobierno guatemalteco y ha permanecido en la mesa de negociación, aunque no haya resultados.

Hace poco tiempo se les ofreció una finca ganadera como opción de traslado. Al visitarla observaron que no es apta para el cultivo y que no tiene agua, además de ser pequeña para albergarles. Por esas razones solicitaron, en el marco del proceso de negociación, que se buscara otra alternativa.

De eso se agarró el vicepresidente Jafeth Cabrera para afirmar que “los comunitarios de LL habían desistido de sus peticiones”, asegurándoles a las familias de Cajolá —que acampaban frente a la casa presidencial— que con los recursos que Laguna Larga “había rechazado” se les comprarían las tierras que el gobierno les ofreció. Con esa promesa, los cajoleños levantaron su protesta pacífica, sin imaginar que los dichos del vicemandatario no eran ciertos.

Con el objetivo de aclarar que la comunidad de Laguna Larga en ningún momento desistió de su reclamo, los abogados que les apoyan llegaron en su representación hasta la vicepresidencia para entregar un memorial en el que demandan: 1. Que los recursos destinados para resolver la situación de la comunidad no les sean retirados, pues en ningún momento han desistido del proceso; 2. Que de forma urgente se atienda la crisis humanitaria que sufren las familias; y 3. Que por razones humanitarias se gestione el retorno provisional a su lugar de origen, mientras se resuelve su traslado definitivo.

La entrega del memorial fue una proeza. En espera de que llegaran los comunitarios de Laguna Larga, la PNC y la SAAS tenían acordonada el área con un operativo que más parecía destinado a combatir a un grupo de delincuentes. Gracias a la intervención de la PDH, finalmente se entregó el documento. Otra vez la represión como respuesta para la resolución de conflictos y otra vez la prepotencia como método de ejercicio del poder.

Quisiera pensar, señor vicepresidente, que usted fue mal informado por quienes le representan en la mesa de diálogo y que no quiso engañar a los comunitarios de Cajolá asegurándoles que las familias de Laguna Larga desistieron de su justo reclamo.

Quisiera creer que ahora que se aclaró “su error” usted resolverá con diligencia la situación de Laguna Larga y buscará también la vía para cumplir los reclamos legítimos de las familias de Cajolá. Por eso le pregunto, don Jafeth, si lo suyo fue una confusión o un engaño.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.