Las Juntas Electorales están conformadas por ciudadanos guatemaltecos que no tienen afiliación a ningún partido político y donan de su tiempo, así como de su talento, para la gestión de las Elecciones Generales. Estos ciudadanos son un gran ejemplo del ánimo cívico que se debe contagiar a más guatemaltecos.

Las mediciones de percepción local arrojan que pocos guatemaltecos confían en que el proceso electoral fue limpio. A pesar de que pueden existir diferentes razones y causas de origen para este pensamiento, es importante recalcar que hoy estamos teniendo elecciones, en gran medida, gracias a la participación de miles de guatemaltecos en las diferentes dinámicas de las Juntas Electorales. A ellos les debemos dar gracias por mantener viva nuestra democracia y protegerla.

De forma inédita, hace unas semanas las Juntas Electorales fueron sujeto de escrutinio y señalamientos infundados. A través de una resolución legal de la Corte de Constitucionalidad se ordenó a repetir una fase del proceso que llevan a cabo las Juntas Electorales. Este proceso se llevó a cabo de forma ordenada y aclarando las dudas que se habían generado. El acompañamiento de la ciudadanía en este proceso y a las Juntas Electorales es indispensable, reconociendo que son ciudadanos que realizan este gran aporte cívico. Este domingo de elecciones reconozca el labor que están realizando estos guatemaltecos en gestionar y cuidar nuestra democracia.

Es importante hacer una invitación a los guatemaltecos a que nos informemos sobre el mecanismo a través del cual se gestionan las elecciones. Mucha de la desconfianza hacia el proceso electoral radica en el desconocimiento de cómo funciona, así también como desinformación que puede circular en el ambiente. Si bien es cierto que existieron irregularidades en el proceso por parte de la judicialización de candidaturas, entre otros aspectos. En términos generales el proceso electoral en Guatemala se ha llevado de buena manera y eso debe ser motivo de gran orgullo para una nación.

El ánimo cívico no es exclusivo ni debe terminar con las elecciones. El sistema de una República descansa en la partición ciudadana a través de diferentes mecanismos, como las asociaciones civiles, así como en la fiscalización del uso del poder público. Es por ello que nuestra participación debe continuar más allá de las elecciones y mucho podemos aprender del ánimo cívico que han demostrado varios de los integrantes de las Juntas Electorales.

En las elecciones generales es inevitable que existan ganadores y perdedores. Es importante que tanto uno como el otro tenga una actitud democrática y cívica. Eso pasa por reconocer la potencial derrota, no buscar revanchismos políticos o personales, y que las instituciones de la República prevalezcan.

¡Acudamos a votar con ánimo cívico! Emitiendo un voto responsable, consciente y libre. Tomando en consideración el futuro que deseamos como nación para nosotros y nuestra familia. Elegir a los gobernantes es una de las formas de participación. Invito a los lectores a que nos podamos seguir involucrando y participando más allá de emitir un voto. La falta de legitimidad de los funcionarios públicos pasa por una severa crisis. Ese descontento e inconformidad deberá ser atendido por los próximos gobernantes, pero también es nuestra responsabilidad como ciudadanía darle una respuesta y solicitudes concretas.

Unamos esfuerzos y opiniones para generar un verdadero diálogo nacional sobre qué sistema político queremos, así como qué cambios a la ley electoral pueden garantizar un sistema político representativo. Proteger y fortalecer las instituciones de la República es sinónimo de mayor libertad, que puede traducirse en un mejor futuro para todos.