PUNTO DE ENCUENTRO

¡Vamo’ arriba, Uruguay!

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El domingo 27 de octubre se celebraron elecciones en el Uruguay, ese país de América Latina del que nos llegan tan pocas noticias. Más allá de saber que es una de las democracias más estables del continente, de su potencia futbolística, de los goles de Luis Suárez en el Barcelona o de José Pepe Mujica, que siendo presidente se convirtió en una figura de talla mundial, poco sabemos de sus procesos políticos y sociales y de su construcción colectiva —permanente— que les llevó a la conformación del Frente Amplio (FA), una coalición de las fuerzas políticas de izquierdas, que ha impulsado una verdadera transformación en la vida de las y los uruguayos.

Cuando el FA llegó al gobierno, en el 2005, encontró un país en crisis, con la pobreza en 38% y la miseria en 7.3%. La educación y la salud pública afrontaban un profundo deterioro; la mortalidad infantil en el sistema público era el triple que en los hospitales privados y había una incontenible migración. ¿Les suena?

' “Ser de izquierda es sentir como propio el dolor ajeno”.

Marielos Monzón

El sistema financiero estaba prácticamente quebrado, la banca pública en una situación de extrema fragilidad y las y los trabajadores, en condiciones muy precarias. Los salarios apenas daban para comer y lo único que se fijaba era un salario mínimo nacional, que estaba en su nivel histórico más bajo. El acceso a la educación pública universitaria era muy limitado para los jóvenes de los barrios pobres y para quienes vivían fuera de la capital.

Aplicando políticas neoliberales, los últimos gobiernos de la derecha habían hundido al Uruguay. Un poco como sucede ahora en Chile, en donde la gente se moviliza multitudinariamente para transformar un sistema de desigualdad y exclusión, aunque los seguidores de los “Chicago Boys” sigan queriéndolo vender como la panacea.
Ese era el Uruguay del 2005, uno donde los derechos eran privilegios y a las personas se les consideraba mercancías. Quince años después, los gobiernos del FA y las fuerzas sociales lo transformaron.

El crecimiento económico se ha sostenido durante este periodo y se ha hecho con redistribución de la riqueza. La pobreza llegó a sus mínimos históricos (8%) y prácticamente desapareció la miseria (0.1%); la negociación colectiva por rama de trabajo es obligatoria y ha permitido que el salario tenga un crecimiento real del 60%. Se aplicó una reforma tributaria y una profunda reforma a la salud —en cobertura y calidad—, y se cuadruplicó la cantidad de jóvenes que por primera vez en su familia acceden a educación universitaria. Traducción: hoy el Uruguay es más igualitario que antes.

Las empresas públicas no se privatizaron. La telefónica Antel compite con las transnacionales Claro y Movistar y no solamente no da pérdidas, tiene la mayoría del mercado, por sus servicios de calidad. Por si fuera poco, se aprobó una serie de leyes que reconocen derechos a los sectores más discriminados y postergados y se avanzó en la lucha contra la impunidad.

Pero todo esto no se hizo solo. Las y los uruguayos mostraron que la unidad es el camino para lograr las transformaciones. Más de 60 años de unidad de los trabajadores —con una central única sindical— y 48 años de unidad política expresada en la coalición de izquierdas: el Frente Amplio.

El 24 de noviembre, el FA va a una segunda vuelta electoral para disputar un cuarto mandato. Lo hace en condiciones difíciles, por la situación regional, por el desgaste que supone el ejercicio del gobierno y porque la derecha sigue teniendo mucho poder. Sin embargo, el FA continúa siendo la primera fuerza política del Uruguay, con un 40% de apoyo electoral, y con un peso real en la sociedad.

Cualquiera que sea el resultado en las urnas, no hay derrota. La unidad y el protagonismo popular han demostrado ser el camino. Por eso, como dicen allá: ¡Vamo’ arriba, Uruguay!

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.