SI ME PERMITE
Verdaderamente un año más se nos ha terminado
“El nuevo año está ante nosotros, como un capítulo de un libro, esperando a ser escrito”. Melody Beattie
Si hay algo que a todos los seres humanos se le ha dado por igual es el tiempo, una hora es igual para todos los que respiramos, pero la diferencia está en la manera que cada uno de nosotros la usa. Simplemente para dar una ilustración de esto, tenemos el ejemplo cada noche que nos vamos a descansar. Para los que al llegar la noche concilian rápidamente el sueño, esta ha transcurrido y la mañana llega con mucha rapidez, pero en el caso contrario, para aquellos que no logran conciliar el sueño por alguna preocupación, pareciera que el reloj está pausado y no avanza. Esta diferencia se puede fácilmente ver en el año que se nos ha terminado y como individuos puede tener un diferente modo de verlo y apreciarlo.
Indudablemente la relatividad del tiempo la podemos ver en el estado de salud que tenemos y también dependiendo de con quién estamos y lo que estamos haciendo. Las situaciones que son agradables transcurren con una velocidad exagerada, y en situaciones contrarias, cada vez que miramos el reloj pareciera que no está queriendo avanzar. Esta misma realidad podemos, sin lugar a duda, percibir en el año que hoy estamos concluyendo. Cada vivencia que se ha tenido ha formado una cadena de vivencias de las cuales algunas quisiéramos que se nos repitieran más de una vez y otras le pedimos a Dios que nunca tengamos que volver a vivirlas.
En esta vivencia del tiempo es tan fundamental saber no solo valorar cada momento que estamos viviendo, sino ser cuidadosos en comprender que muchos de los que hoy nos están acompañando están pasando momentos muy críticos y necesitan de nuestra comprensión y apoyo para que puedan salir cuanto antes del estado de dificultad que les ha tocado pasar. Es incalculable el aprecio que se tiene a aquellos que estuvieron a nuestro lado en ciertos momentos críticos y con su presencia nos hicieron más fácil el poder salir adelante.
' Un final siempre invitará para que un nuevo comienzo sea más funcional y gratificante.
Samuel Berberián
Una de las capacidades que debemos cultivar es la de no permitir que lo que se ha vivido en el pasado nos paralice o nos bloquee para poder avanzar. Claro está que debemos poner de nuestra parte y con toda la determinación marcar nuevos derroteros y nuevos horizontes para que lo que tenemos por delante nos motive y entusiasme a tomar pasos firmes, y aunque nos cueste no quedarnos donde estamos, y mucho menos retroceder, sino avanzar, aunque sea a paso lento pero firme.
Estas son las horas en las que debemos marcar dónde queremos estar el próximo año al final, y no tanto para publicarlo y demostrar que lo podemos hacer, sino para que podamos valorarnos a nosotros mismos y saber que hay algo en esta vida que tenemos que hacer y que a ningún otro le toca esa tarea, y si la hacemos estamos siendo responsables y seguramente los que conviven con nosotros lo habrán de apreciar.
Sin lugar a duda hay quienes tienen un panorama pesimista del futuro que se nos presenta y posiblemente sea cierto, y ellos tendrán más de un argumento para justificar por qué tienen esa postura, pero hagamos la diferencia porque una realidad como esta invita a que aceptemos los retos para no conformarnos con lo que se nos presenta, sino con creatividad buscar las mejores soluciones que la vida nos ofrece y donde estamos hagamos la diferencia.