RINCÓN DE PETUL

Visa

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Fortuitamente, me tocó administrar un negocio donde estacionaban sus carros quienes visitaban el antiguo consulado de EE. UU. en Guatemala. Día a día, cientos de paisanos, hombres y mujeres, de toda parte del país, acudían a tocar la puerta gringa. Ahí se lloraba con las historias y razones que los llevaban ahí.

' Solidaridad con tantos que la necesitan para cumplir sus más humanos anhelos.

Pedro Pablo Solares

No olvido una vez que entró caminando una linda señora anciana, sollozando desde lo más profundo. La carga del mundo se sentía sobre su espalda, y apenas lograba caminar. Se acercaba el mediodía, hora en que regresaban al parqueo los solicitantes de visa estadounidense. Con fólderes llenos de papelería, algunos traían buena noticia. A los más, en cambio, sus condiciones no los hacían calificar al privilegio. Muchos regresaban en silencio con su desilusión. Otros hablando por teléfono con quien solía ser un migrante patrocinador. Pero al ver tal tristeza de la linda señora, no pude sino preguntarle su situación. Lloré con ella cuando se desplomó en abrazo compartiendo su ilusión destruida. Solo quería ir, y ver a sus dos hijas a California, a quienes no vio desde los años 90, cuando ellas se marcharon para jamás poder volver.

Sabemos que la mayoría que aspira a entrar visada a EE.UU. no llena el perfil necesario. Sin embargo, no sé si hay consciencia de cuán grande es la tasa de rechazo. No recuerdo que haya estadísticas públicas. Pero por lo que se mira, esas caras largas parecen ser 9 respecto al 1 que celebra el permiso. Otro matiz que es necesario concientizar, es cuánto influye el masivo fenómeno migratorio en la necesidad de visitar aquel país. En esa realidad, la visa significa cumplir las más básicas necesidades humanas de una sociedad que quedó partida entre dos fronteras: Ver al verdaderamente amado; despedir a quien no tiene más tiempo por delante; pasar comidas juntos; reír y olerse; abrazarse y conocerse, como todos aspiramos con los nuestros.

El visado a EE. UU., en el contexto actual, también es referencia de quién es percibido como un actor de la corrupción en el país. La declaración del Departamento de Estado esta semana, que anunció la restricción de visa a 300 guatemaltecos (diputados, empresarios y sus familias) fue celebrada por quienes defienden la democracia en el país contra el régimen de corrupción imperante. La motivación detrás de la medida -una respuesta a las acciones antidemocráticas en Guatemala- debiera llenar de vergüenza, contrición, humildad y reflexión a quienes cayeron en semejante bochorno público. Sin embargo, con la insolencia de los pícaros, quienes dieron declaraciones públicas lo hicieron inspirados en el más cínico y vulgar de los desparpajos.

La visa se aprecia en un país partido por la migración. Principalmente, por solidaridad con tantos que la necesitan para cumplir sus más humanos anhelos. Los corruptos son ajenos a esto y en eso cayó el diputado Álvaro Arzú, quien intentó desviar atención esputando: “lo que verdaderamente me … avergonzaría es … estar lejos de mi familia, mis amigos, de mi tierra, no poder pasar la navidad con mis seres queridos… Lamento mucho las personas que no pueden entrar a su país. Gracias a Dios, yo sí lo puedo hacer y paso la navidad con mi familia.”. Al engreído diputado le iría bien un día llegar a la fila del consulado y ver un poco de la realidad del pueblo de quien vive. Quizás le tocaría ver a una linda señora anciana sollozando por no poder ver a sus hijas esta navidad. Ojalá, así le provocara nacer en su pecho un corazón.

* Esta columna defiende el legítimo resultado electoral del 20 de agosto y cerrará semanalmente con este mensaje independiente al tema de cada artículo, hasta que suceda la debida e imperiosa toma de posesión del presidente y vicepresidenta electos, Bernardo Arévalo y Karin Herrera, el 14 de enero de 2024.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.