Pluma invitada

Ya es hora de asumir nuestra responsabilidad

No sé ustedes, pero me aterrorizo cuando escucho las palabras “estado de Calamidad”.

Los incendios forestales y de los basureros han contaminado fuertemente el aire de varios municipios. Tan es así que Conred ha emitido comunicados recomendando no salir, permanecer en ambientes interiores y limitar la apertura de las ventanas. Es una sugerencia muy fuerte en estos días en que el calor es tan intenso. Lo que recomienda Conred es correcto. La exposición a los contaminantes que acarrea el aire puede ser muy dañina. Sin embargo, es decisión de cada uno permanecer o no en su domicilio. Si decidimos salir, conocemos los riesgos, pero podemos solventarlo utilizando una mascarilla.


Por su lado, el Minedu decreta una suspensión de clases por varios días. Es una medida aparentemente acertada en los municipios afectados y se aplica únicamente a los estudiantes. Sin embargo, es una medida que resulta problemática, porque si lo padres trabajan y no se han suspendido sus labores, ¿dónde se quedarán los niños? Realmente dudo de que permanezcan encerrados y no salgan a la calle a jugar… Al final, son niños. Entonces, ¿para qué la suspensión de clases? si el salir a la calle a jugar los expone más a la contaminación que si estuviesen es sus aulas.


La medida de suspender las clases quizás no debió ser decretada por el Mineduc, ya que es de carácter demasiado general. La decisión debió ser particular a cada escuela en función de su ubicación e instalaciones. El gobierno debió solicitar que cada director de escuela, en los municipios afectados, analizara y decidiera individualmente de cómo proceder. Sin embargo, el problema se complica cuando los directores y maestros carecen del criterio para tomar tal decisión. Lamentablemente es una prueba más de lo deficiente que es nuestro sistema educativo en Guatemala. La instrucción del Mineduc le roba el derecho de decisión a los directores y los exime de responsabilidad porque su actitud es: “Si una autoridad superior decide por mí, mejor ni recomiendo y no me culpan de nada”. El Mineduc es ahora el responsable de cualquier consecuencia académica por la suspensión de clases. Al respecto, ni siquiera mencionemos las clases virtuales como solución, ya que todos estamos conscientes del atraso de los estudiantes durante la pandemia.

Es necesario que nuestra gente cuente con honorabilidad y ética para asumir sus responsabilidades.


Adicionalmente, el Gobierno ha decretado un estado de Calamidad como consecuencia de los incendios. No sé ustedes, pero me aterrorizo cuando escucho las palabras “estado de Calamidad”. A veces es bueno y lo podemos observar en cómo el presidente Bukele ha logrado una gran seguridad en El Salvador bajo el estado de emergencia. Sin embargo, la experiencia de Guatemala es otra. Los gobiernos anteriores utilizaron el estado de Calamidad para realizar compras directas, propiciando la corrupción y la distracción. Todos confiamos en que, en esta ocasión, bajo el gobierno de Semilla, no suceda. Queremos ser testigos de que todo el dinero asignado a la emergencia llegue a fortalecer a los cuerpos de bomberos, porque han sido abandonados por todas las administraciones anteriores.


Por todo lo anterior, es absolutamente necesario renovar por completo el sistema educativo, introduciendo un nuevo currículo que no solo se base en conocimientos, sino en valores, cultura y comportamiento. Necesitamos de manera urgente que nuestra gente tenga criterio de decisión para poder recomendar cursos de acción en situaciones bajo su responsabilidad. Por supuesto, es necesario que nuestra gente cuente con honorabilidad y ética para asumir sus responsabilidades.

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.