ESCENARIO DE VIDA

Ya viví la experiencia. ¡Hay que vacunarse!

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La controversia entre ponerse o no la vacuna es real. En todas partes del mundo aún hay sospecha de si las vacunas serán efectivas, o si, por el contrario, nos matarán. Algunas teorías de la conspiración alertan de que al vacunarnos nos introducirán un chip para mantenernos vigilados minuto a minuto. Otros nos dicen que nos cambiará el ADN y que a partir de ese momento controlarán nuestras mentes y nuestras acciones, o que tendremos efectos secundarios horripilantes, al grado de dejarnos paralíticos. ¿Creemos todo lo que se dice en las redes sociales?

' Ojalá el Estado de Guatemala pueda suministrar cuantas vacunas sean necesarias para todos los ciudadanos que las requieran.

Vida Amor de Paz

Pienso que es muy delicado reenviar muchos de estos falsos mensajes, pues se trata de pura especulación y muchas veces de personas malintencionadas. Habrá excepciones con mensajes verídicos de médicos que afirman que sí existe un peligro. Yo me considero una persona excesivamente escéptica, pero también aguerrida, quizás por mi sangre de periodista. Después de documentarme sobre los pros y los contras de ponerme la vacuna, me convencí de que era necesaria. Millones de estadounidenses desesperadamente buscan ahora ponérsela, pues han visto que los efectos negativos han sido casi inexistentes, razón por la cual los teléfonos están atestados de llamadas y solo las grabadoras responden. Hay muchas personas agobiadas y frustradas, esperando largas horas para que un ser humano les responda al otro lado de la línea. Mi caso fue diferente, pues yo no había llegado a Estados Unidos en pos de la vacuna, sino para ver a la familia. Sin embargo, algo inesperado sucedió.

Por ser residente permanente de EE. UU., con identificación legal en el Estado de Florida, una amiga me llamó a las 6 de la mañana para darme un teléfono del Hard Rock Stadium, de Miami, donde acababan de recibir nuevas vacunas, y me instó a que aprovechara a ponérmela porque tenía derecho a ella. Un hombre de amable voz me contestó ipso facto, queriendo darme la cita con tan solo una hora de aviso. Sin embargo, como estaba en Orlando, me la cambió para Miami, dos días después. Al llegar el momento, unos 500 carros desfilamos para ponernos la primera dosis de Pfizer adentro del vehículo. Para la segunda dosis fueron asiduos en llamarme hasta tres veces, cerciorándose de que llegara a ponérmela 21 días después. Con ambas dosis, me monitorearon para ver si tenía efectos adversos, unos 15 minutos antes de que abandonara el recinto.

Por supuesto, me hicieron firmar un formulario donde especificaban que no se hacían responsables por eventualidades. Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna, que se administran en Estados Unidos, tienen un 99% de efectividad y son vacunas de ARN mensajero (ARNm). Llevan una copia de las instrucciones genéticas, y así el propio organismo del paciente elabora una parte de la proteína del virus, provocando una reacción de su sistema inmunológico.

¿Que si tuve síntomas adversos? ¡Ninguno! Ni siquiera sentí los pinchazos. Me alertaron de que posiblemente tendría fiebre y dolor muscular y de cabeza dos días después, cuando precisamente estaría volando de regreso a Guatemala, pero nada de eso pasó. Estoy convencida de que cada vez se sumarán más y más personas en querer vacunarse, ya que los resultados hasta ahora no son adversos o críticos, como se creyó, y si logramos que millones de personas alrededor del mundo se vacunen, el efecto “rebaño” finalmente disipará el virus.

En Guatemala se contempla la distribución de vacunas producidas por las farmacéuticas Pfizer y AstraZeneca, y será voluntaria, universal y gratuita. Ojalá el Estado pueda suministrar cuantas vacunas sean necesarias para todos los ciudadanos que las requieran.

ESCRITO POR:

Vida Amor de Paz

Presidenta de la Fundación del Bosque Tropical. Directora general de Planeta Verde Televisión. Presentadora de Los secretos mejor guardados, de Guatevisión. Recorre el mundo filmando en cinco continentes. Es graduada de la Universidad Panamericana, en Periodismo.