Según el Banco Mundial (El País),  “el éxodo de menores centroamericanos a Estados Unidos parece haberse acentuado de la noche a la mañana, pero en realidad tiene sustento en un dato demográfico que se ha estado forjando durante al menos una generación: más de la mitad de la población de Centroamérica tiene entre 15 y 24 años de edad, y cuenta con escasas oportunidades económicas, un círculo vicioso que se agrava con la propia migración.

Este éxodo no es solo un drama humano de deportaciones y separaciones familiares, sino que  además representa un duro golpe a las economías de los países.  Aproximadamente, el 67% de los jóvenes en edad laboral de Honduras, Guatemala y El Salvador dejan sus países. Desde octubre del  2013, unos 52 mil  menores no acompañados han sido detenidos en la frontera con México”.

El Gobierno, por medio del diputado oficialista Oliverio García, entregó a la Dirección  Legislativa  la iniciativa de ley   contra  los procesos migratorios,  y explicó que esta nació del intercambio de opiniones y de escuchar las sugerencias del MP  y del Organismo Judicial.  Pero  mientras Washington ha pedido al Congreso US$3 mil  millones  para reforzar la seguridad fronteriza,  en  Centroamérica  la sangría de migrantes cuesta a los gobiernos  US$80 mil  millones,  por los costos de repatriación.

Aquí  realmente lo que se necesita son  estructuras de desarrollo donde exista  trabajo digno y medios de vida humanos. Esto se puede lograr a través de realizar planes de ordenamiento territorial, que es un procedimiento que llevaría al desarrollo del país. Es decir, los encargados del manejo urbano deben efectuar  planes de ordenamiento en la administración urbana y rural. Es tal su responsabilidad en esta misión, que mucho del subdesarrollo nacional y la violencia recae sobre esas alcaldías ausentes de planes de un ordenamiento territorial científicamente elaborado. 

Estas son  tendencias en el desarrollo del uso de la tierra, del sistema de transportación y uso, hábitos y patrones, planes y  pronósticos socioeconómicos, que incluyen  los futuros niveles de población, vivienda y empleo, para lo cual  deben tener  los estimados niveles de población, vivienda y empleo en las diferentes regiones.