Crimen sin castigo

VÍCTOR  M.  RUANO P.

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Un demente, de los muchos que tiene esta sociedad enferma de violencia y que todavía anda libre, con otros tipos de su misma calaña, perpetró el crimen, destrozando la vida y el futuro de toda una familia. Para colmo de males, la familia Ruano Carías, durante el año, se ha  enfrentado a un sistema de justicia tortuoso y corrupto que no ha esclarecido el hecho, como la mayoría de  los que se dan en el departamento.

Perversamente las instituciones responsables de la aplicación de justicia no han querido investigar al principal sospechoso y han incriminado, a base de un planteamiento meramente especulativo y fantasioso, digno de una película de terror, a un familiar, menor de edad, que colaboró con el esposo de la víctima a prestarle auxilio en aquel momento aciago. Este adolescente ha estado privado de libertad y sometido a vejámenes de toda índole, bajo la mirada complaciente de la autoridad de Presidios.

Encima de la tragedia, han tenido que soportar la negligencia del Estado, manifestada en el papel jugado por la PNC, los jueces y el Ministerio Público, quienes, con su actitud y proceder, pareciera que  se ponen del lado del delincuente. No quieren “escuchar el grito de las víctimas de la violencia agrandando más su dolor”, dijo el vicario general de la diócesis de Jalapa. Mons. Miguel A. Martínez, al presidir la misa de aniversario en el templo San Cristóbal, en la ciudad de Jutiapa.

Esa conducta de impunidad es la que favorece la criminalidad, haciendo que  en cualquier rincón de nuestro departamento se reporten atentados contra la vida, pues ya  son numerosos los asesinatos perpetrados en los últimos años, constituyendo  una dolorosa realidad que se incrementa, sin que veamos resultados alentadores.

Percibimos negligencia desde el más alto nivel, aunque la propaganda oficial diga todo lo contrario. Cuando se trata de atajar la conflictividad social sí vemos acción inmediata, porque proceden con lujo de fuerza en contra de la protesta pacífica. La violencia ha llegado a ser para nosotros “un drama cotidiano que nos desangra y que nos deshumaniza”, es la muestra  de “la enorme debilidad del Estado”, sobre todo en “el sistema de justicia y la falta de respeto al Estado  por parte de quienes infringen gravemente la ley”.

Victoruano21@hotmail.com

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