DE MIS NOTAS

De pre-supuestos y supuestos

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Entre las curules del Congreso —con sus negociaciones negras y compromisos espurios— se están cociendo por estos días los tamales presupuestarios en una olla por demás inapropiada e insuficiente. Algunos piensan que es el peor momento para definir un “pre-supuesto” de 70 millardos y pico con tantos “supuestos” cociéndose dentro de un entorno político tan encrespado por las elecciones, y a su vez contaminado por los incentivos siniestros de bancadas en “mode” de ver que pescan del tamal presupuestario. El Presupuesto “propuesto” es de 72 mil millones. Dos millardos más que el del 2015.

En las bancadas fenecidas, los incentivos perversos afloran por doquier y lo que debería seguir una lógica técnica para recuperar el equilibrio en la estructura del financiamiento del déficit fiscal se convierte en un juego avieso en busca de prebendas y ventajas, con la eterna seducción corrupta ejercida por el Listado Geográfico de Obras que en aciago día parieron los politiqueros del pasado, y el cual asciende, para el presupuesto del 2016, a la bicoca de Q13.2 millardos, equivalente al 18.13% del presupuesto y al 2.5% del PIB.

Lo único que los puede detener es la vigilancia ciudadana y la paranoia de la cárcel; sin embargo, hay que tomar en cuenta que el “cuero de danta” de estos legisladores los convierte en una clase aparte —con las contadas excepciones del caso—, habida cuenta de que son excepcionalmente buenos para lo malo y extraordinariamente malos para lo bueno…

Para la aprobación de este Presupuesto, si encuentran la manera de salirse con la suya sin los daños colaterales de sus pecados funestos, lo harán sin inmutarse. Recordemos que el truco hasta hoy utilizado para mamar del erario público es la venta del voto a cambio de obras en sus respectivas localidades para luego canalizarlos a sus empresas vinculadas.

Hay tanto espacio para pecar en el Presupuesto 2016: rubros de adquisiciones públicas como alimentos, medicamentos, combustibles, fertilizantes, arrendamientos, armas, propaganda, para mencionar solo algunos. Los incentivos abundan…

Hago mía la propuesta de Icefi, de una agenda de transparencia y combate a la corrupción, la cual incluye que el Gobierno reconozca los compromisos asumidos ante la Alianza para el Gobierno Abierto (OGP) —Open Government Partnership—, una iniciativa multilateral voluntaria que “busca mejorar el desempeño gubernamental, fomentar la participación cívica y mejorar la capacidad de respuesta de los gobiernos hacia sus ciudadanos. En sus primeros años, la OGP creció de ocho a 60 países participantes, los cuales trabajan con sociedad civil local para desarrollar e implementar un plan de acción nacional de gobierno abierto. Estos planes de acción nacionales incluyen compromisos para promover la transparencia, empoderar a los ciudadanos, combatir la corrupción y aprovechar las nuevas tecnologías para fortalecer la gobernanza”. Más info: http://www.opengovpartnership.org/es/acerca-de#sthash.CqFG2ElZ.dpuf

¡Oh, ironía! Que este gobierno sea signatario de la “Alianza para el Gobierno Abierto…”. De haber implementado los compromisos adquiridos en ese programa internacional probablemente todavía estaría en el poder y ya estarían las reformas a las leyes de contrataciones y de probidad aprobadas. Se comprueba la verdad bíblica que dice: “Raíz de todos los males es el amor al dinero…”.

Si las nuevas bancadas del próximo gobierno —con gente nueva, fresca y aún sin contaminarse— hicieran suya la responsabilidad, como fiscalizadores que son del erario público, de presionar los compromisos adquiridos en la “Alianza para el Gobierno Abierto”, pasarían a la historia como los precursores de una nueva era en la cual la vigilancia ciudadana, la rendición de cuentas y el fiel cumplimiento de la ley no serían la excepción sino la regla.

En esta primavera chapina, aún quedan rosas por florecer y gusanos que sueñan mariposas.

alfredkalt@gmail.com

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.