CABLE A TIERRA

¡Depuración, ya!

Con lo develado la semana pasada sobre la SAT, queda explicado en buena medida el desbalance del erario público de los últimos cuatro años. ¡El hoyo más grande del drenaje lo hicieron los propios fontaneros! ¡Y eso que falta saber quiénes son el Presidente y la Dos, según las pruebas que aportó la Cicig! A la luz de lo que comenzamos recién a conocer, las formas tradicionales de corrupción sirvieron para dar el “vuelto” nada más, para mantener tranquila a la jauría.

La instancia cuya función es recaudar los impuestos que deben financiar el desarrollo ha quedado sin legitimidad; el daño es severo y va más allá del desfalco. Pero, además, pagaremos los intereses de los bonos y los préstamos que se gestionaron para paliar el déficit de ingresos. Solo eso debería ser motivo suficiente para movilizarnos masivamente y terminar con la impunidad. ¡No dejen de asistir este 25 de abril a la marcha ciudadana y exprese su sentir de todas las maneras que pueda! Solo la ciudadanía activa puede acabar con la corrupción.

A la par, propongo cuatro medidas. 1. La más importante, exigir la depuración dentro del sector privado. La Cicig identificó la trama y a los perpetradores de La Línea. ¡Sorpresa, incluye empresarios! Por consiguiente, en esta ocasión no basta con hacer leña del árbol caído, con defenestrar solo al gobierno. No es hora de darse baños de pureza, de simplemente retirarse de las instancias públicas y emitir comunicados que llaman a unir fuerzas contra la corrupción cuando los practicantes anidan en casa. Por favor, pónganse a la altura del papel que les corresponde en la sociedad. ¡Qué bien que han decidido apoyar a la Cicig! Pero, ¡necesitamos más! Empresarios honestos, pujantes, incluyentes, que respeten la ley y no abusen de ella. Y que si lo hacen, sean sancionados también por sus pares.

La corrupción mina la competitividad. Si no hacemos presión para develar sus dos caras —la pública y la privada— estaremos dejando pasar la oportunidad histórica de que se cambie de manera radical la forma en que funciona el Estado.

Así como en 1993 encabezaron junto a otros sectores el movimiento contra el autogolpe de Serrano, ahora les toca depurar sus propias filas y exigir al Ministerio Público que exponga y procese a quienes hacen competencia maliciosa. Depuren sus cámaras, sus gremiales, sus cooperativas porque minan la credibilidad y la economía. A los empresarios honestos del país, les toca asumir su papel.

2. Debemos evitar que la maquinaria de la impunidad en el Congreso y en el Organismo Judicial siga funcionando. Señor presidente Baquiax, garantice la independencia judicial. ¿Cómo es posible que la jueza otorgara medidas sustitutivas a los cabecillas de la banda, en un caso que tiene tantísimas repercusiones para el país? ¿Con qué legitimidad puede el Congreso instalar una comisión pesquisidora cuando su conducta durante esta legislatura ha sido más que deplorable? El Congreso es otro ente que necesita ser depurado.

3. ¿Por cierto, todavía tenemos fiscal general? ¿Por dónde anda? ¿O es que este éxito también se lo debemos a Claudia Paz y Paz?

4. Por primera vez en 30 años vemos a una ciudadanía que despierta, que se activa, que se moviliza, que ejerce la democracia real y quiere cambios. No cejemos en este esfuerzo, acudamos a los plantones, a las marchas, que se movilice el campo y la ciudad; los impuestos que se han robado representan el hambre y la sed de muchos; la pérdida de oportunidades. ¡Solo la fuerza ciudadana puede evitar que la historia siga repitiéndose!

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