CON NOMBRE PROPIO
Derechas e izquierdas
El colega y amigo Phillip Chicola, en su columna “Un mapa conceptual de la derecha”, publicada en la revista Contrapoder, trata de demostrar que la derecha en el país no es una sola, y advierte de que dentro de ella hay corrientes, a la vez lanza un reto para analizar la izquierda.
El tema de Phillip es necesario al tratar de esquematizar y explicar las diferencias conceptuales que surgen desde una corriente de pensamiento que podría denominarse “de derecha”, y promueve hacer lo mismo con los pensamientos “de izquierda”.
El tema está en la mesa, pero antes hagamos una observación previa, porque existe gente de izquierda como de derecha que desde su propia trinchera, a la fecha, es un represor incurable y son esas personas las que no deben jugar en esta cancha diseñada dentro de la constitucionalidad, para muestra leer a ciertos “orientadores de opinión”.
Una persona de izquierda debe respetar a quien tenga un pensamiento de derecha y esto juega a la inversa, pero no merece ese mismo respeto quien aplaude y recuerda con nostalgia un Estado Terrorista o quien quiere construir uno porque se quedó con las ganas de reprimir al otro.
Durante la guerra hubo muchos muertos y desaparecidos, pero muchos de ellos lo fueron sin un arma en la mano y siendo víctimas inocentes de un conflicto. En nuestro país, desde una oficina pública se decidía a quién acribillar por su pensamiento y como toda intolerancia es estúpida, todo aquel de izquierda era comunista y aquel de derecha y no se alineara, un traidor.
Acá se asesinó de forma cobarde a líderes de izquierda como Adolfo Mijangos López (en su silla de ruedas y por la espalda); Mario López Larrave, Manuel Colom Argueta, Rolando Andrade Peña y Alberto Fuentes Mohr; ninguno de ellos era guerrillero en combate, sino todos con pensamiento democrático y en una calle pública; por su parte la derecha aportó a Jorge Torres Ocampo, quien habiendo sido dirigente liberacionista estaba muy lejos de los escuadrones de la muerte y junto a él a otros líderes y dirigentes; hasta nuestro actual presidente, en su momento, sufrió amenazas.
La Universidad de San Carlos y la prensa tienen ríos de sangre que se han vertido por la intolerancia. Vivimos en tiempos de tanta libertad que hasta conocidos luquistas acceden a medios de comunicación sin empacho a buscar la constante descalificación, siendo parte del paisaje del oprobio y por eso debemos saber qué es lo que pretenden.
En síntesis, qué bueno que se trate de esquematizar las distintas corrientes de derecha e izquierda, pero debemos tener una regla de oro: quien crea que el Estado debiera ser un represor y un matón pagado con los impuestos desechémoslo de inmediato, el terror es terror y el luto es el mismo para una familia.
Quien no respeta la vida y la libertad, que esté lejos de la cosa pública. Para muestra el reciente nombramiento del señor Platero Trabanino en la Dirección de Inteligencia, eso no es un tema ideológico. Quien aplaude la represión estatal, que quede fuera del gobierno y eso debemos exigir, sin importar de qué lado nos late el corazón. Es hora de construir futuro y superar el pasado.