REFLEXIONES

Día de libertad de expresión

El 3 de mayo celebramos el Día Internacional por la Libertad de Expresión y de Prensa. Este evento tuvo connotaciones muy especiales, porque se da en el contexto de un incremento grave de violencia y acoso a periodistas y comunicadores sociales en todo el mundo, obviamente por la proliferación de conflictos armados en varias regiones, pero tristemente violencia y acoso que también se da en países que no se encuentran en conflicto armado y que habitualmente se considerarían democráticos. Esto se debe a múltiples causas: desde un alza en la delincuencia y crimen organizado hasta el aumento de regímenes autoritarios que quieren navegar con fachada democrática, pero que en el fondo reaccionan agresiva y represivamente ante la crítica pública, el periodismo investigativo y las denuncias de corrupción. Es muy significativo que en estos últimos años el número de periodistas asesinados en “países democráticos” ha aumentado considerablemente. Sin ir muy lejos, irónicamente el mismo 3 de mayo, en Honduras, se da un atentado contra el periodista Félix Molina, invitado a participar en el evento sobre Libertad de Prensa, Democracia y Ciudadanía, a realizarse en Guatemala el día 16 de mayo, en conmemoración del Día Internacional de Libertad de Prensa, hecho que condenamos enfáticamente.

Un fenómeno agregado a estas formas de violencia es la intimidación y acoso sexual que se realiza a través del internet contra mujeres periodistas, precisamente por dedicarse al trabajo periodístico y a la función de informar. Incluso mujeres periodistas que quieren dedicarse a la cobertura de la temática de deportes sufren también por su decisión de insertarse en este tema. Pareciera que este mundo retrocede y considera que el periodismo debe ser una profesión peligrosa, además el corolario de estas situaciones de violencia viene a ser la impunidad, pues aunque es propia de sociedades con sistemas de justicia débiles, debemos reconocer que la impunidad por actos de violencia contra periodistas, comunicadores sociales y defensores de derechos humanos es más alta que la que se da en otros temas de violencia general.

Es por lo anterior que a raíz de la masacre de periodistas en Mindanao, Filipinas, se establece el 2 de noviembre como el Día Internacional en contra de la Impunidad, por actos de violencia en contra de periodistas y comunicadores sociales.

El 3 de mayo de 2016, la Unesco lo celebró en la Ciudad de Helsinky, Finlandia, por tratarse del CCL (250) aniversario de la primera Ley de Libertad de Expresión y Libertad de Imprenta (prensa) que se dio en el mundo en épocas que Finlandia era parte de Suecia, promovida por el filósofo Peter Forskal, nacido en Helsinky en 1732, quien elaboró en 1776 un volante con las 25 tesis fundamentales con las que una sociedad democrática debía permitir la libre impresión y circulación de ideas aun cuando fueran críticas del Gobierno y dar acceso al público a todos los documentos oficiales. Dicha publicación se convirtió en ley, que por supuesto no duró mucho tiempo pero sentó las bases históricas para que desde ese entonces se entendiera la importancia de los temas de libertad de expresión, libertad de prensa y de acceso a la información pública como elementos esenciales de la democracia.

Estos temas de libertad de prensa y libertad de expresión progresivamente evoluciona en sociedades democráticas y queda plasmado con claridad en 1948, en el artículo XIX de la Declaración Universal de Derechos Humanos que después se vuelve en el artículo XIX y XX del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

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