REGISTRO AKÁSICO
Discreción
La circunspección que raya en la reserva, se observa ante una sanción contra el funcionario representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos en Guatemala, Anders Kompass.
En 2013, en la República Centroafricana, el movimiento Seleka, musulmán, capturó la capital y derrocó al presidente Francois Bozize. El país es de mayoría cristiana, por lo que una milicia conocida como Antibalaka ha establecido zonas de resistencia. El 10 de octubre, Naciones Unidas organizó la Misca, una fuerza de pacificación de 3,200 efectivos, la mitad proviene de países africanos y la otra mitad, de Francia. En diciembre de 2013, inmediatamente al arribo, se levantaron acusaciones de delitos sexuales contra la tropa francesa. En junio de 2014 se sumaron otras denuncias. De esa cuenta resulta que 16 soldados franceses, de la operación Sangaris, en la capital Bangui de esa república, fueron acusados de haber infligido abusos sexuales a 12 niños en el campo de desplazados del aeropuerto de M’Poko. El ejército francés fue informado el 29 de julio de 2014, por lo que se inició la averiguación, el 1 de agosto de ese mismo año. Las autoridades francesas pidieron informes a los funcionarios de Naciones Unidas para sustanciar el caso; no obstante, la señora Flavia Pansieri, adjunta del alto comisionado, afirma que “se distrajo del caso” por atender preocupaciones presupuestarias. No obstante, finalmente entregó el informe el 30 de marzo del corriente año, no sin antes solicitar la renuncia al jefe de operaciones de campo en la República Centroafricana, Kompass.
Sin atender a los procedimientos que debía guardar la Oficina del Alto Comisionado, Kompass, envío el documento, tanto a la oficina del fiscal general de Francia como al periódico del Reino Unido The Guardian, el 29 de abril de 2015. El caso que no ha sido esclarecido se convirtió en un escándalo mundial. Algunas partes y oenegés buscan capitalizarlo a su favor.
La reacción del Alto Comisionado de Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, que asumió el cargo el 1 de septiembre del año pasado, fue suspender a Kompass en sus funciones. El presidente francés, Francois Hollande, señaló que no habrá clemencia si se comprueban los abusos. Pero igualmente, la evidencia es endeble, por lo que el Ministerio de Defensa francés señala que se esfuerza en establecer los hechos. Mientras tanto, Kompass recurrió al Tribunal de lo Contencioso-Administrativo, donde el juez alemán Thomas Laker ordenó que se le mantenga en su empleo.
Es evidente que Kompass no puede seguir al frente de la oficina en el país, pues amerita dedicarse a tiempo completo, a explicar su conducta administrativa en un asunto que compromete las misiones de paz de Naciones Unidas. Se debe esperar que el asunto se resuelva de la mejor manera posible; para mientras deja una serie de enseñanzas a todos, la principal: no escandalizar.
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