PUNTO DE ENCUENTRO
¿Doble moral que le dicen?
Junio de 2016: En la radio se anuncia un linchamiento. El reportero narra que se trata de un ladrón de celulares. La gente está enardecida, grita y lo golpea. Los bomberos intervienen y se llevan al herido con graves quemaduras.
Luego se abre un espacio para que las personas llamen y expresen su opinión. El locutor les anima: Esas lacras —parásitos sociales— no merecen vivir, tienen que recibir su merecido. La gente llama, pide que la policía no intervenga, que maten al ladrón. De repente aparece una voz disonante, que explica que la justicia por mano propia no es justicia. El conductor lo interrumpe, lo regaña y corta la llamada. Acto seguido decide hacer una votación. La gente tiene que expresar si está de acuerdo o no con hacer “justicia por mano propia”. Por amplio margen gana el “sí”.
Muy complacido, el hombre de la radio concluye: la única manera en que estos malnacidos van a entender y dejar de hacer fechorías es que los linchen. La gente quiere justicia, y si no se la dan, no queda otra que aplicarla por mano propia. Para cerrar, termina arengando contra los defensores de derechos humanos que se dedican a “defender delincuentes”, que están en contra de la pena de muerte y se amparan en el derecho de defensa y el debido proceso. “Así, las cosas en este país nunca van a cambiar, y los delincuentes seguirán teniéndonos de rodillas”. Corte comercial.
Nota al pie: El linchamiento se cometió en la zona 9 capitalina. Ningún indígena estuvo involucrado.
Noviembre de 2016 (misma emisora). Se escucha el reporte del periodista que cubre el Congreso. Narra lo que está sucediendo en la sesión donde se debaten las reformas constitucionales. Se refiere al artículo que busca el reconocimiento constitucional del derecho indígena que ha provocado enorme discusión.
Nuevamente se escucha una voz masculina. Es el mismo locutor que meses atrás hablaba de las bondades de la justicia por mano propia. Anuncia que hará una votación y anima a los radioescuchas a llamar y a opinar. Antes de la primera llamada, habla de la necesidad de respetar la ley, de fortalecer el sistema de justicia, el verdadero, no ese que solo traerá “atraso y subdesarrollo”. Hace una pausa y reflexiona sobre cómo un día antes, en una comunidad del interior, un hombre fue linchado por una “turba” y agrega: “le aplicaron el derecho indígena”. Lo azotaron y casi pierde la pierna, “qué salvajismo”. Empiezan las llamadas. En esta ocasión va ganando el “no”. En el medio, un oyente se anima a decir que los linchamientos no son derecho indígena, y recuerda el episodio del ladrón de celulares. El hombre de la radio se exacerba, lo llama ignorante, y se refiere a él como del grupo que busca “dividir al país en vez de unirlo”; saca a bailar a los defensores de DDHH y condena la injerencia extranjera. Termina la votación. El resultado: que no se apruebe el derecho indígena porque a nada nos va a llevar la “justicia por mano propia”.
Misma radio, mismo conductor, mismo tema, diferente resultado.
Muchos de los que vitorean los linchamientos a los ladrones de celulares defienden los asesinatos de los reos en Pavón, se manifiestan a favor de la limpieza social y la pena de muerte, piden juicios sumarios y jueces sin rostro, y últimamente están “preocupados” por el debido proceso y la presunción de inocencia, hoy rechazan el reconocimiento del derecho indígena, llaman turba a las autoridades ancestrales, disfrazan su racismo con argumentos legales y critican el sistema de justicia pero quieren seguir con las mismas reglas. ¿Doble moral que le dicen?
@MarielosMonzon